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Opinión

Editorial: El mortal impacto de la crisis

La crisis energética en Ecuador está golpeando duramente a los pequeños empresarios, quienes ya enfrentan deudas y cierres debido a los racionamientos eléctricos

Se empieza a sentir el impacto de la grave crisis energética en el país. Algunos emprendimientos y negocios ya han cerrado sus puertas a los clientes debido a los complicados horarios de racionamiento en diferentes ciudades. En el centro de Guayaquil, un establecimiento icónico en el ámbito cultural se despidió con la incertidumbre de no saber si podrá reabrir, ya que las deudas los ahogan.

Es inconcebible que los últimos gobiernos no hayan diseñado un plan para proteger a los pequeños empresarios, quienes son una pieza fundamental en el engranaje económico y laboral de Ecuador. Estos empresarios han soportado la destructiva pandemia del Covid-19, el acelerado incremento de la inseguridad y todo lo que esto conlleva (extorsiones, asesinatos, toques de queda y más medidas), y ahora enfrentan odiosos apagones.

Las medidas tomadas en su momento por las autoridades, así como el sacrificio realizado por los ecuatorianos, han beneficiado a ciertos sectores o han sido simplemente ineficaces para garantizar la supervivencia de los negocios. La ola de la crisis los arrastra hacia la quiebra. ¿Cuánto más pueden aguantar quienes se aferran a la esperanza de que las cosas mejoren milagrosamente? La situación actual exige una respuesta decidida y efectiva para salvaguardar negocios y garantizar la estabilidad económica del país.