La situación del sector de carros seminuevos en Ecuador es cada vez más crítica, con ventas que han caído hasta un 80 % en los últimos dos meses. A esta crisis se suma la incertidumbre generada por el anuncio del Gobierno de un nuevo impuesto a la venta de vehículos usados, como parte de un proyecto de ley para combatir el lavado de activos. Sin embargo, los empresarios del sector advierten que esta medida podría ser un ‘golpe letal’ para los negocios ya perjudicados por la recesión económica y la falta de liquidez. En un momento tan difícil, aumentar los impuestos solo empeoraría la situación, sin ofrecer una solución real a los problemas estructurales del mercado.

El verdadero problema no es la falta de impuestos, sino la falta de control efectivo sobre las transacciones del sector, como señalan los analistas y los propios vendedores. Aumentar la carga fiscal en un contexto de recesión es como pedirle a un enfermo que done sangre: solo aceleraría su deterioro.

Con este mercado en picada y la economía en crisis, el proyecto de ley solo profundizaría las dificultades del sector, sin lograr los objetivos de controlar el lavado de activos. Se requiere de un enfoque más inteligente y menos punitivo, centrado en mejorar la regulación y el control, para no hundir aún más a un sector clave de la economía.