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Opinión
Editorial: ¡Qué cara e’ tucos!
Desestimar la confesión de un delincuente cuando es para descubrir a los autores intelectuales del asesinato de un candidato presidencial, pero aceptarla como válida cuando se trataba de inculpar a un adversario político para enviarlo a la cárcel y sacarlo del redil, solo puede calificarse como un acto de cinismo oportunista. ¡Qué cara e’ tucos!
Casos hay muchos para mostrar la forma descarada, impúdica y deshonesta con que algunos políticos mienten para defender sus intereses o los de los grupos políticos que representan, sin importarles la verdad ni la justicia, peor las necesidades comunes de la población.
Si en años anteriores se aceptaron como verdaderos los testimonios de detenidos que aseguraban haber asesinado a un general de la FAE por robo y no por el caso Dhruv, por qué ahora se pretende que la declaración del único actor material vivo del crimen del candidato presidencial - los demás fueron asesinados en las cárceles- sea declarada inválida. Bajo esa premisa de los cínicos, muchos casos judiciales deberían anularse porque los jueces tomaron en cuenta el testimonio de delincuentes y asesinos.
Los ecuatorianos deben abrir los ojos para no caer en el círculo vicioso de las mentiras y de las intrigas con las que algunos políticos pretenden desvirtuar procesos judiciales.