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Farándula

Anita Buljubasich guardaba recuerdos imborrables de su visita al Vaticano
Fue una mujer de fe y de orar junto a su esposo Nerio David. Ver de cerca al Papa Francisco y recibir su bendición fue algo inolvidable
Fue una mujer llena de fe. La oración diaria, que Anita Buljubasich compartía con su esposo Nerio David, era parte de su vida. Sus problemas siempre los dejó en manos de Dios. Cuando se enteró de que el cardenal argentino Jorge Mario Bergoglio fue elegido Papa, el 13 de marzo de 2013, la llenó de inmensa alegría y sin proponérselo, en un viaje familiar pudo ver de cerca al Pontífice y recibir su bendición.
En una entrevista con EXTRA, la exproductora de televisión aseguró haber leído de quien luego tomaría el nombre de Francisco. “Sé que es un servidor humilde, cercano al pobre y al desvalido”, comentó Buljubasich, quien falleció la mañana del 15 de abril de un paro cardíaco.
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Durante un viaje a Europa dijo haber tenido la fortuna junto a su esposo y a su hija Ana Paula, de ser parte del saludo del papa Francisco a los feligreses, en la plaza San Pedro, en el Vaticano. Anita guardaba como una joya las imágenes del momento que vivió con su familia en un día lluvioso, fotos que las tomó Ana Paula y que se las concedió a este diario.

Tuvieron la bendición
Llegaron a la plaza por consejo de dos compatriotas argentinos quienes les indicaron que, cada miércoles, el Papa salía del Palacio Apostólico para saludar y dirigirse a los peregrinos de todo el mundo.

“Nerio, Ana Paula y yo tuvimos la bendición de estar en el Vaticano, justo el día en que el Papa salió a la plaza. No solo lo vimos muy de cerca, además nos sentamos junto a una monjita que nos contó que él tenía gestos hermosos con los guardias del Vaticano a los que les servía café caliente y también compartía su mesa con muchos de los que dormían en las calles de los alrededores y así un montón de cosas que la gente no necesariamente las conoce”, detalló Anita con la emoción de revivir aquel inolvidable momento en que recibieron la bendición grupal.
Siempre creyó en la humildad del Papa
Recalcó que nadie es perfecto y seguramente Francisco cometió muchos errores u omisiones, pero de corazón, siempre creyó en el hombre de buena voluntad y que solo con conservar sus viejos mocasines que todavía usa, “nos da un ejemplo de humildad”.
“El día en que el papa Francisco ya no esté entre nosotros, Argentina y el mundo perderá a un ser humano muy cercano a los humildes. Alguien que creyó fundamentalmente, que era necesario escucharlos y acercarlos a Dios”, comentó con tristeza al enterarse que la vida de su Santidad pendía de un hilo, debido a la fragilidad de su salud.