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Opinión

Editorial: ¡Las barbaridades del tránsito!

Los agentes de tránsito parecen olvidar que los atascos son el escenario perfecto para los robos y asaltos

Los conductores y peatones deben decir basta a tanta vuelta y revuelta en las calles de Guayaquil, que genera más caos que solución al problema de la movilidad diaria. Cada vez que la Agencia de Tránsito Municipal intenta arreglar algo, el sentir ciudadano es que lo empeora. Las decisiones, en vez de aliviar el tráfico, provocan unos embotellamientos que hacen de las calles un verdadero infierno.

No hay un plan integral ni bien pensado, y eso se nota en cada esquina, más que nada en las avenidas y en el centro de la ciudad. Los tiempos de espera son eternos, el estrés de los conductores está por las nubes, al igual que la impotencia porque nada mejora en la urbe porteña.

Los agentes de tránsito parecen olvidar que los atascos son el escenario perfecto para los robos y asaltos, por lo que con sus erradas actuaciones dejan a los conductores totalmente vulnerables ante la delincuencia y la violencia criminal.

Es hora de que la ATM se ponga las pilas, revalúe sus estrategias y haga las cosas bien. La ciudad necesita soluciones basadas en estudios serios y en las experiencias de ciudades que ya han mejorado su movilidad. Si no hay un cambio radical en cómo se manejan las cosas, Guayaquil seguirá sufriendo las consecuencias de decisiones mal tomadas.

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