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Opinión
Editorial: Un feriado a oscuras
Este gobierno no ‘pega’ una buena. A la inseguridad, en todo lugar y a toda hora, y a las ‘vacunas’, se suman ahora los cortes de luz. Si ya la delincuencia y las extorsiones implican grandes costos e impedimentos para producir, comerciar y desenvolverse con normalidad, el no contar con la energía necesaria para poder trabajar se agrava ante la incertidumbre de los horarios, que no son uniformes, ni simultáneos, ni coordinados, y de no saber con certeza hasta cuándo se extenderán los racionamientos.
Además de las pérdidas para las industrias y los comerciantes, el sector turístico y de entretenimiento se perfila como otro de los más afectados. A las puertas del segundo feriado más largo de este año, no ha habido un comunicado oficial que permita conocer horarios y zonificaciones de los racionamientos en todo el país, de manera que tanto la población como los oferentes de estos servicios puedan organizarse y tomar medidas de prevención para poder atender adecuadamente la demanda. Sobre todo, no existe garantía, pues así lo ha demostrado históricamente este gobierno, de que lo anunciado se cumpla.
Para salvar el feriado es imprescindible un pronunciamiento y una efectiva gestión del Ejecutivo que garantice la seguridad en las carreteras y en los sitios de gran afluencia turística, anuncios claros y definitivos de los horarios de cortes, y que estos se respeten estrictamente.