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Los parientes de las víctimas fueron hasta la morgue para reconocer a sus seres queridos. El drama no se hizo esperar.Tatiana Ortiz

Los raptaron y les quitaron la vida

Un doble crimen se registró en Babahoyo, provincia de Los Ríos. Aquí los detalles de este atroz suceso

“Mami, ya voy”, fue lo último que Ronny Aguilar Galarza, de 19 años, le dijo a Margarita Galarza cuando ella lo llamó por teléfono para preguntarle a qué hora volvería a casa. Eran las 22:00 del 14 de abril cuando el joven les dijo que aún estaba con su amigo Érick Vivas Lucas, de 27, al interior de un billar del recinto La Ángela, en el cantón Babahoyo.

Sin embargo, una hora más tarde seis sujetos a bordo de dos vehículos llegaron disparando al local y tomaron como rehenes a los dos ‘panas’ que estaban viendo cómo jugaban billa. Desde ese momento nadie supo sobre el paradero de Érick y Ronny, hasta que la mañana del 15 de abril unos agricultores encontraron sus cuerpos entre unos matorrales, a un costado de la vía El Jobo-La Victoria, cantón Baba, Los Ríos.

Margarita fue la primera en recibir la noticia y entró en shock. La fémina no durmió durante la madrugada porque decidió salir a buscar a su vástago, sin importar la fuerte lluvia que caía en ese momento.

Los cuerpos fueron levantados y llevados al anfiteatro, en medio del dolor de los deudos.Tatiana Ortiz

Los balazos

Cuando les avisaron del hallazgo de los dos cuerpos, ambas familias se movilizaron al sitio para identificarlos. Tanto Érick como Ronny fueron ejecutados con al menos siete disparos cada uno. Sus cadáveres estaban en lagunas de agua acumulada producto del aguacero que cayó en la madrugada.

Ingrid Lucas, tía de Érick, contó que su sobrino laboraba haciendo fletes en motocicleta. “La noche del viernes llegó a la casa de la mamá como a las 20:00 y se cambió de ropa y se puso ‘guapetón’ para volver a salir. Dijo que iba a La Ángela con un amigo”, detalló.

Los restos fueron llevados hasta el sector Crespín Cerezo, donde convivían con sus familiares.

Los deudos desconocen quiénes estuvieron detrás del hecho lamentable, pues alegaron que ambos jóvenes no tenían inconvenientes. Ronny atendía la tienda de su mamá y además estaba estudiando Ingeniería Industrial.

Las muertes conmovieron a los allegados de ambos difuntos, quienes hasta se desmayaron en los exteriores del anfiteatro.