A Verónica Guamán la sacaron de casa a medianoche para decirle que su hijo había sufrido un accidente. Ocurrió en la calle Juan Bautista Aguirre, en la Loma de Puengasí, suroriente de Quito.

Aunque los vecinos del sector quisieron retener al vehículo que embistió al muchacho, de 22 años, no lo lograron. Se les ‘peló’ justo cuando la víctima salió ‘volando’ hacia el pavimento. Ahora está estable y se recupera de los golpes que tiene en las costillas.

No es la primera vez que los habitantes de esa ruta socorren a los heridos. Maricela Silva cuenta que los accidentes de tránsito son comunes en esa vía, por lo que siempre están listos para ayudar a los lesionados. “La calle es oscura. Y los que manejan van hechos una ‘bala’. Habrá siquiera unos cuatro atropellos al mes”, cuenta.

Pero los ‘vecis’ de la Juan Bautista Aguirre no solo colaboran durante las emergencias: llamando a las ambulancias y reteniendo a los choferes. También se convierten en investigadores para dar con los responsables.

“En la casa de arriba hay una cámara y sí han pedido las imágenes para buscar a los implicados de algún accidente”, explica Maricela.

Esa es la única cámara que existe en, al menos, un kilómetro. Y ha sido fundamental para la identificación de los vehículos involucrados en los siniestros, al igual que la solidaridad de los residentes.

Algunos, desde las plataformas digitales, rastrean los vehículos y hasta dan con la información personal de los dueños.

A Guamán, por ejemplo, le proporcionaron los números de placa y características del automotor implicado en el atropello de su hijo. Ella ya se puso en contacto con el propietario del carro que golpeó a su ‘retoño’ y espera solucionar el tema pronto. De lo contrario irá a las autoridades.

Afortunado

La noche del sábado, el hijo de Guamán regresaba a casa en la motocicleta de su padre cuando un auto plateado lo golpeó. “Está vivo por sus reflejos”, cuenta la progenitora.

En cuanto el carro lo impactó, el chico saltó y quedó de rodillas sobre el capó. En ese momento el conductor habría hecho una maniobra de adelante hacia atrás para que la víctima cayera y así huir.

“En este proceso es que arrastra la moto, por eso está dañada”, menciona Guamán.

Pero ella no es la única que ha tenido que ir de ‘cacería’ para ubicar al responsable de las heridas de su hijo.

Lorena Estrella recorrió esa calle en busca de alguna pista del auto vino que hace un mes impactó a su hermano mientras cruzaba la vía. Lo dejó en muletas. “La gente del barrio fue amable. Hasta me dieron la dirección de donde vive el señor que atropelló a mi ñaño. Vamos a poner una denuncia particular”, relata.

Es así como los habitantes de la ruta se han comprometido para que los atropellos no queden impunes.