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Judicial
En Quito, mujer fue asesinada en La Comuna
Al parecer, ocurrió en un departamento del sector. Su cuerpo fue abandonado en un pasaje. Tenía 18 puñaladas. Su hermano fue detenido por el crimen.
La sangre de María se borró de los adoquines del pasaje Primero de Mayo, pero su nombre no desaparece de los muros de La Comuna, noroccidente de Quito.
Con tinta negra está escrito junto a un ramito de flores, en el punto exacto en el que la Policía encontró su cuerpo hace una semana. “Es muy dolorosa una muerte así. Mi nieta puso las rosas”, dice una vecina de ese barrio capitalino.
La moradora se niega a revelar su identidad. La muerte de la mujer, de 37 años, es delicada. Su hermano es sospechoso del crimen.
Los motivos aún se investigan. Los dos eran tranquilos, dice Facundo (nombre protegido), un primo de la víctima.
Ninguno era violento, recalca. Parecía que se llevaban bien. Todos quedaron atónitos cuando los uniformados les mostraron los videos en los que el sospechoso aparece junto a María.
La pesadilla familiar comenzó a las 13:00 del lunes 31 de octubre. Ese día María, quien era enfermera en una clínica del norte de Quito, estaba libre. Facundo narra que, al parecer, hubo una pelea entre los ñaños.
Ocurrió en un departamento de la primera planta de un predio familiar. Ese inmueble está ubicado a menos de 20 metros del pasaje Primero de Mayo. Allí se presume que sucedió el asesinato. “No se oyó nada”, dice Facundo.
Luego, la Policía halló el cadáver de María. “Tenía 18 puñaladas y surcos en el cuello”, explica Juan Pazmiño, jefe subrogante de la Coordinación Operacional Preventiva del Distrito Eugenio Espejo.
Había huellas de asfixia mecánica. El implicado la habría ahorcado.
El jueves pasado, la familia sepultó a la mujer en un camposanto de San José de Minas, al norte quiteño. Desde ese día, Facundo no ha visto a su primo. Era ascensorista en un taller justo frente al sitio en el que yacen las flores blancas. “Él se encargó de avisarle a la mamá. Estaba mal”, precisa.
La testigo
La tarde del crimen, una joven caminaba por el pasaje cuando vio a un hombre cerca del cuerpo. Hace unos días su esposo fue apuñalado durante un asalto y ella imaginó que algo similar sucedía. Quedó paralizada. “Yo veía que él sacaba algo del cuerpo... Unas fundas. Las agarró todas y se fue caminando”.
Ella le contó a la Policía cómo lucía el sospechoso. Minutos más tarde, las unidades especiales encontraron las prendas que la testigo describió en los alrededores del sector. Estaban teñidas con la sangre de la víctima.
Luego, en un allanamiento en un inmueble del norte de Quito, la Policía ubicó al presunto atacante. Además de la ropa manchada y las bolsas plásticas, encontraron el cuchillo.