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Quito: Comadre de mujer atropellada sufre porque la dejó solita
La amiga alcanzó a verla con vida y hasta entregó a la familia los cartones que su amiga había recogido ese día. Mamá Carmencita fue velada en una casa barrial del Mirador de Chaguarquingo, sur de Quito
A María del Carmen Puente la velaron en silencio. Una casa barrial del Mirador de Chaguarquingo, en el sur de Quito, fue sede del funeral, la mañana del pasado lunes 24 de octubre de 2022.
A pocos pasos de la cajita de madera, los hijos y nietos de la mujer, de 77 años, lamentaban su partida. Ocurrió el sábado 22 de octubre. Un autobús la embistió en La Villaflora, sur de la urbe. Mamá Carmencita -como la llamaban de cariño- quedó atrapada bajo el neumático delantero del vehículo.
Cuando Rosa María Elena Guaipa llegó hasta la escena, los rescatistas ya habían sacado a su comadre. “Estaba viva. Le habían puesto un cobertor en el estómago. Tenía las manos encima”, recuerda. Esas imágenes le quitan el sueño. No logra asimilar lo sucedido con su amiga. “¿Ahora con quién voy a conversar?”, cuestiona.
Se quedó solita
Rosa María es la única sobreviviente de un grupo de seis recicladoras de la tercera edad en el que estaba Mamá Carmencita. “En pandemia yo siempre le decía: ‘Comadre, póngase la mascarilla. No le gustaba. Pero nunca se enfermó con ese virus y ahora viene a morirse en esa forma tan fea”, reclama.
Durante las últimas cinco décadas, juntas recorrieron las calles de ese barrio capitalino en busca de cartones. La lealtad de Rosa María fue tal que cuando a su comadre se la llevaron en una ambulancia hasta un hospital -en el que murió una hora más tarde- se quedó recogiendo el material de reciclaje para entregárselo a la familia. “Ella no tenía toda la carga. Solo había tres cartones y una funda con el sombrerito que usaba siempre. Yo se lo di a su hija Rosa”.
Cada tres meses, las mujeres recibían unos 200 dólares por una docena de bultos de reciclaje. Con eso subsistían y costeaban los estudios de sus nietos que habían quedado huérfanos. Eso también tenían en común. Se aconsejaban mutuamente sobre la crianza de los muchachos. “¡Ay, Dios mío, qué dolor tan grande tengo! No es justo, ¿por qué me dejaste sola?”, lamenta con el corazón ‘destrozado’.
Sepelio
Hoy se realizaría el entierro de Mamá Carmencita en un camposanto del sur de la ciudad. Mientras tanto, su familia sigue pendiente del proceso judicial en contra del chofer del autobús. Un allegado mencionó que el abogado del implicado le ofreció una disculpa por la muerte de la abuelita y que subsanarían la situación. Por el momento, él solo espera que la mujer descanse en paz.