El fiscal Hugo García Vargas, junto a la Policía, realizan este 24 de mayo pericias en la Parroquia Sabanilla, para dar con las causas y responsables del asesinato de Javier Catalino Vargas Plúas, quien la mañana del lunes 23 fue encontrado amarrado y sin vida dentro de su restaurante, ubicado en la avenida 10 de Agosto de esta población.

En medio del dolor de sus familiares y clientes, tras culminar la autopsia en la morgue de Daule, el cadáver del hombre, de 46 años, fue retirado del anfiteatro local para ser llevado a su natal Pedro Carbo.

Las investigaciones están dirigidas a un empleado del local, de nacionalidad venezolana, quien el pasado fin de semana, solo llegó a trabajar un día, por lo que sobre él recaen las sospechas de los otros colaboradores de Vargas.

Joffre Morán, consternado ante el hecho, relató que el 14 de agosto se cumplirán cinco años de apertura del restaurante, que nació como una sociedad entre él y el ahora occiso, “Sospechamos del venezolano porque en la escena del crimen estaba botado su canguro (bolso). Justicia es lo que pedimos”, apuntó Morán.

El coronel José Cóndor Muriel, jefe de la Policía en el vecino cantón Pedro Carbo, manifestó a EXTRA que tras las pericias realizadas por el personal de Criminalística, se ha determinado de que no existió forjadura ni daño en la puerta de ingreso al local de comidas. "Sospechamos -dijo-, que la víctima, estuvo reunida libando con personas de su mismo sexo, que al parecer eran sus amigos.

El coronel agregó que la motivación de esta  muerte es “presuntamente pasional, ya que varias pertenencias del fallecido están intactas, así como cosas de valor”.

El doctor Manuel Briones Macías, quien practicó la necropsia de ley, en el informe entregado a la Fiscalía, detalla que la muerte de Vargas fue por golpes en su cráneo, producidos con un objeto contundente.

“Siempre almorzábamos en este restaurante, por la buena sazón de Javier que, con atención y amabilidad, durante años se ganó a decenas de clientes. No sabemos por qué lo asesinaron, si era una muy buena persona”, comentó Rosendo Mota, amigo y cliente de la víctima.