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Familiares de la víctima se sumaron a un plantón para exigir justicia.KARINA DÉFAS

Padre de joven disparado en Quito: “No tengo vida”

Los dos implicados enfrentan cargos por robo con violencia. Sin embargo, el abogado de la familia considera que podría ser una tentativa de homicidio.

Dos hombres implicados en un robo con violencia debían enfrentar ayer una audiencia preparatoria de juicio en una sala del Complejo Judicial de Quitumbe, en el sur de Quito.

La víctima fue Xavier, un adolescente de 15 años, quien el pasado 20 de mayo fue disparado en la cabeza con un arma no letal (con balas de goma), en la avenida Napo, en el sur.

Las secuelas aún son visibles, explica Jorge Ibarra, padre del chico. En cirugía debieron removerle parte del hueso que cubre su cerebro. “Estaba astillado y lesionado”, narra.

El hecho también le dejó una parálisis facial que se está tratando con terapia. “Ha sido difícil. Desde ese día no tengo vida. Sentí que mi hijo se iba”, añade en los exteriores de ese edificio judicial.

Allí, poco antes de las 14:00, él y otros allegados de Xavier se sumaron a un plantón para exigir justicia.

Los procesados enfrentan el delito de robo con violencia, cuya pena es de siete años. Sin embargo, Juan Sebastián Campaña, abogado de la familia Ibarra, pide que se revean los cargos.

Se podría incluir la tentativa de homicidio. Esto sumado a las agravantes: la víctima es menor de edad y en el suceso están implicadas dos personas.

Otro tema que iba a solicitar Campaña en la diligencia es la ampliación del plazo para que se despachen las pruebas. Debido al paro, alguna evidencia no ha sido recabada, menciona.

El fiscal a cargo del caso secunda el pedido, mientras que los detenidos, de nacionalidad venezolana, permanecen en el Centro de Detención Provisional de El Inca, en el norte de la ciudad. “Por el momento se han acogido al silencio y no han pedido que se revise la prisión preventiva”, refiere. 

El caso

Defendió a su amiga

Eran las 16:00 de un viernes cuando Xavier y una compañera de colegio caminaban por la avenida Napo, en el sur de Quito.

“Él tenía guardado el teléfono, incluso así ninguno de los dos opuso resistencia y entregaron los celulares”, rememora Jorge. Sin embargo, los sujetos no se conformaron con el botín y golpearon a la chica en el rostro.

“Ella estaba en el piso y los hombres le apuntaron con el arma. Mi hijo les empujó y se puso en medio. Ahí le dispararon”, explica.

Según Ibarra, la normativa no es justa sobre el uso de estas armas (que en apariencia lucen como pistolas normales) y no sanciona como debería. “A la distancia que le dispararon pudieron matarlo. Mi hijo está vivo de milagro”, increpa.