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La ciudadanía pide que los uniformados ronden más seguido los negocios para prevenir esta modalidad de extorsión.Freddy Rodríguez / EXTRA

En la Isla Trinitaria, extorsionadores pidieron 15 almuerzos para no 'fregar'

A esa zona del sur de Guayaquil también llegaron las 'vacunas' Una farmacia ya cerró por esa problemática. Un restaurante debe entregar 'jama'.

Las ‘vacunas’, una forma de extorsión que los pillos pusieron a la moda, ya parecen el virus de la COVID-19 en sus inicios, pues ¡se esparcen rápidamente! Y los comerciantes de la Isla Trinitaria no son ‘inmunes’.

En esta zona, ubicada al sur de Guayaquil, uno de los puntos donde ocurre este delito es en los alrededores del mercado municipal, por donde se estacionan los buses de la línea 27. Esto queda a un costado de los carriles de la vía Perimetral que van de sur a norte.

Según cuentan moradores, un restaurante y dos farmacias han sido visitados por los malandrines. “A los del comedor les dijeron que tienen que llevar de 10 a 15 almuerzos hacia el fondo”, cuenta una residente, pidiendo no ser identificada para evitar represalias.

La mujer se refiere a que quienes exigen esa ‘jama’ habitan en los sectores más alejados de la Perimetral, que ya colindan con el estero Salado, como la cooperativa Nigeria.

Ella y otra señora del sector comentan que las exigencias extorsivas empezaron precisamente desde esos lugares cercanos al brazo de mar y se han ido extendiendo hasta los puntos más próximos a la Perimetral.

El mercado, por ejemplo, está a cinco cuadras de esa vía principal. Y el temor es que los ‘vacunadores’ continúen avanzando a más negocios.

Cerca del centro de abastos, comentan las lugareñas, los antisociales le han solicitado a una farmacia una mensualidad que ronda las 200 ‘latas’. Sin embargo, no saben si en ese local aceptaron esa imposición.

Quienes trabajan en los negocios temen que los 'vacunadores' los visiten para pedirles plata.Freddy Rodríguez / EXTRA

En tanto, los propietarios de otra farmacia ubicada varias cuadras más atrás del mercado no aguantaron más las amenazas que venían recibiendo. “Ya no están, cerraron por el miedo (hace más de una semana)”, dice una de las damas.

De acuerdo con sus testimonios, tan atemorizados quedaron que no solo no abrieron más, sino que se mudaron de allí.

Un cyber tuvo el mismo fin, cerró indefinidamente por las advertencias extorsivas. “Primero les dejan un papel. Luego se les acercan personalmente a pedir la plata”, revelan.

El empleado de una ferretería que está en la Perimetral menciona que por allí aún no han ido a amenazarlos. Al menos no en el local donde él ‘camella’.

Otra necesidad de la gente de los locales es que se les activen botones de pánico a quienes no los tienen.

Sin embargo, el hombre ratifica lo que indican las vecinas: que por las zonas que están cercanas al estero “la cosa está más fea”.

Durante el recorrido de este Diario en una tarde se observó a policías a pie rondando por los locales que están al pie de la Perimetral. En las calles interiores también se vio pasar a tres motorizados.

Los residentes piden que estos patrullajes también se realicen en las noches, dando más importancia a las cuadras alejadas de la vía principal. Y que también visiten los negocios y hablen con sus propietarios para ver si eso logra ahuyentar un poco a los maleantes.

INTELIGENCIA BUSCA IDENTIFICARLOS

El coronel Fabary Montalvo, subcomandante policial en la zona 8 (Guayaquil, Durán y Samborondón), mencionó que unidades de inteligencia están identificando quiénes están implicados en estos casos en diferentes zonas de la ciudad. Pero hizo hincapié en que los ciudadanos denuncien a la unidad policial más cercana a sus casas.

“La Unidad de Antisecuestros y Extorsión se encuentra atrás de este tipo de investigaciones, se están recopilando evidencias”, detalló. También dijo que, a veces, hay sujetos que se toman el nombre de bandas para extorsionar.