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Judicial
Incendio acabó con la vida de un hombre que estaba borracho en Latacunga
Su esposa y otros parientes quisieron sacarlo, pero nada se pudo hacer.
El llanto interrumpía el relato de María Barrera, quien perdió no solo su casa por culpa de un incendio, sino también a su hijo José Ortega, de 35 años, que estaba dentro del inmueble.
La mujer no podía describir con precisión el desconsuelo que sentía luego de esa tragedia ocurrida en el sector Tiobamba, en Latacunga, provincia de Cotopaxi, la noche del martes. Ayer, Barrera solo atinó a decir a los medios locales que durante la tarde del martes había salido a comer con otro de sus hijos.
“Ya en la noche nos llamaron por teléfono y dijeron que nos apuráramos porque la casita se estaba quemando”, precisó la angustiada habitante. A su llegada, el infierno ya se había desatado.
La vivienda de dos pisos estaba envuelta en llamas ante la desesperación de la gente que intentó colaborar. Pero adentro del inmueble, la muerte ya se había hecho presente.
Llegó chumadito
El fuego fue aplacado por los bomberos, quienes entraron y rescataron los restos del hijo de Barrera. El incendio lo había consumido casi en su totalidad.
¿Qué sucedió? La clave para entender cómo se dieron los hechos fue la esposa de Ortega. Ella contó a los policías que su marido había llegado chumado a la casa y se había recostado unos 10 minutos en la cama.
Luego de eso entró el hijo de la víctima y se pusieron a fumar. Pero la señora se encargó de apagar el cigarrillo, les aseguró a los gendarmes.
A eso de las 20:30, cuando la pareja de Ortega estuvo merendando, vio que salía humo de uno de los cuartos hasta que el flagelo cobró fuerza.
Madre del fallecido
“Se empezó a incendiar la casa, por lo que saqué los tanques de gas que estaban llenos. Hasta salir a pedir ayuda ya se quemó todo. Tratamos de sacar a mi esposo conjuntamente con mis familiares, pero ya no avanzamos”, contó la pareja del fallecido.
Por el momento, siguen las investigaciones para saber si el suceso se originó por un cigarrillo encendido o tuvo otras causas.
Ahora, la angustia de la madre de Ortega es que se quedó sin su hijo y también sin dónde vivir. “Toda la ropita se quemó y tengo solo lo que llevo puesto”, lamentó mientras recorría los escombros de su añorado hogar.
La señora detalló que su vástago, que se dedicaba a la mecánica automotriz, tenía tres hijos, dos de ellos con su primera esposa, pero que murió hace tiempo.