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Judicial
En Guayaquil, a joven lo 'quebraron' en pleno velorio
Cuatro personas fueron heridas de bala en la 31 y Brasil, donde despedían a una menor asesinada el lunes. Un asistente acabó muerto.
Un joven, de 21 años, habría sido el objetivo de un sicario que llegó a repartir ‘plomo’ la madrugada de este jueves en el velorio de una adolescente. El chico, finalmente, fue asesinado, pero otras personas que no tendrían que ver con el violento propósito quedaron heridas.
El occiso, identificado como Cristhian Andrés Manzo Chulli, asistió a las calles 31 y Brasil, en el suburbio de Guayaquil, donde familiares y conocidos le daban el último adiós a la chica, de 16 años. La muchacha fue asesinada el lunes, presuntamente por su pareja, en una casa en Las Malvinas.
Durante su despedida de cuerpo presente todo transcurría con normalidad. La gente platicaba tranquilamente, cuando, de repente, un sujeto apareció caminando y propinó una ráfaga de tiros.
Manzo Chulli murió al instante. De acuerdo a información policial preliminar, fue impactado por 13 proyectiles. Pero, además, tres personas quedaron heridas por las balas, logrando sobrevivir.
“Se podría deducir que el ataque fue direccionado directamente a este ciudadano. Los heridos son daños colaterales, producto del hecho”, especificó el coronel Henry Herrera, jefe de la Dinased (Dirección de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestros). El difunto registra un antecedente penal en el año 2020 por robo.
MADRE, HERIDA
Entre las personas que sobrevivieron consta la madre de la menor de edad que era velada. La mujer, de 55 años y quien no posee antecedentes penales, resultó lastimada en la pierna izquierda.
Fue trasladada al hospital Abel Gilbert Pontón, donde se mantiene internada y en recuperación. Se encuentra estable, comentó un familiar.
“Está mucho mejor en el hospital. La bala le ha rozado la pierna y la van a operar”, refirió el pariente.
Respecto al ataque, el hombre contó que el implicado estaba en la esquina de en frente y luego se acercó a la multitud para ejecutar las detonaciones.
Mencionó que el martes y el miércoles los conocidos de la familia se hicieron presentes para extender sus condolencias sin que hubiera existido algún problema. Por eso le sorprendió la balacera.
El jueves por la mañana, horas después del ataque, en el sector los moradores estaban atemorizados. No querían referirse al caso por miedo a represalias.
En el domicilio donde se realizaba la velación quedaban pocas personas. Solo estaban los más allegados a la fallecida y su entorno.
Estaba previsto que en el transcurso de la tarde sea sepultada. Algo que dejó más tranquilos a quienes habitan por aquel populoso sitio.