Sulay Quintero, de 22 años, se ‘pegó’ su último partido de fútbol. Ella y su equipo, Las Nenas, participaron en un torneo de indor femenino y clasificaron a la final.

Es más, la joven anotó el gol de la definición, con todo y los tres meses de gestación que tenía. Estaba tan feliz con el triunfo que invitó a sus panas a seguir celebrando, pero en ‘caleta’, en el barrio Las 50 Casas, sur de la ciudad de Esmeraldas.

El festejo se prolongó hasta la noche del 4 de diciembre y eso fue aprovechado por los gatilleros para quitarle la vida a la  'pelotera'.

Testigos contaron que Sulay y sus amigas estaban jugando naipes, cuando sorpresivamente llegaron al sitio cuatro sujetos a bordo de dos motos, se bajaron y caminaron directamente hacia su objetivo, ella.

Sulay al darse cuenta intentó escapar y refugiarse en su domicilio, pero los sicarios la siguieron hasta el patio trasero, donde le dispararon al menos en ocho ocasiones.

Una de sus ñañas comentó que su pariente no quería jugar la mañana del domingo pasado, día del crimen, pero que la habían convencido porque era el último partido que iba a participar, debido a su embarazo.

“Yo corrí al cuarto, pero los pistoleros fueron a buscarla directamente a ella”, contó la hermana de Sulay, quien no quiso identificarse.

Agentes manejan la hipótesis de que se trató de una muerte selectiva o direccionada.

La 'pelona' anotó 8 'pepazos'

La víctima del ataque deja en la orfandad a una niña de cuatro años. Suley no tenía antecedentes penales y según miembros de la Dirección Nacional de Delitos Contra la Vida, Muertes Violentas, Desapariciones, Extorsión y Secuestro de la Policía Nacional (Dinased) Esmeraldas, sus victimarios le dieron 8 tiros.

Otras ‘muñecas’

Según cifras de la Policía Nacional, 25 mujeres han fallecido de forma violenta en lo que va del 2022 en la provincia de Esmeraldas.

En un caso reciente, Bélgica Obando fue asesinada por sicarios, el pasado 17 de noviembre. Ella y su esposo se hallaban en su residencia, sector Parada 9 (norte esmeraldeño), cuando cinco sujetos fuertemente armados y encapuchados entraron y les cayeron a plomo, querían ‘quebrarlos’.

La mujer, de aproximadamente 38 años, llevó la peor parte, recibió varios impactos de bala en la cabeza. Mientras que su cónyuge, identificado como Pedro Herrera Benítez, corrió con mejor suerte, esquivó algunos ‘pepazos’ y solo resultó herido por el roce de dos proyectiles.

Otro caso fue el de la auxiliar de enfermería Gladys Cortés, quien fue asesinada por sicarios con un disparo en el cuello. El hecho ocurrió a inicios de noviembre en San Lorenzo, a pocos metros de la puerta de ingreso del Hospital Divina Providencia, donde trabajaba la víctima.

Lo ocurrido con Lisbeth Tenorio, de 20 años, también conmocionó a la comunidad esmeraldeña. Ella recibió 12 disparos en el tórax, cabeza y mandíbula. Sucedió la madrugada del pasado 31 de octubre en el barrio Santa Martha (norte), mientras estaba de fiesta con unos amigos.