Es un día soleado. Freddy Anchundia está sentado en una silla junto a una hamaca, en Pedernales, provincia de Manabí. Entre sus piernas carga a una niña de unos cuatro años. Ambos sonríen y miran a la cámara...

La foto fue subida a su perfil de Facebook, el 13 de marzo del 2011. Ahora, 12 años después, Anchundia pasa sus días solo, en una celda de la Penitenciaría de máxima seguridad denominada La Roca, en Guayaquil.

Hasta allá fue trasladado la noche del lunes pasado, desde la cárcel Bellavista, en Santo Domingo de los Tsáchilas, luego de que horas antes se registrara una masacre que terminó con la vida de 44 privados de libertad.

La Policía dijo que su presencia en dicha prisión provocó la matanza. Por eso, él y otros cabecillas de bandas organizadas fueron trasladados a La Roca, para evitar más violencia.

Pero ¿quién es Anchundia? Nació el 1 de marzo de 1985 en Manabí, actualmente tiene 37 años. Empezó su carrera delictiva con Los Lobos, en el 2012. Ahí aprendió del sicariato y el microtráfico. Su tiempo lo dividía con un negocio de ropa deportiva. Luego lo cerró porque, al parecer, la vida del narcomenudeo le daba más plata.

En el 2015 se convirtió en el hombre más buscado por la Policía en Manabí, luego de asesinar a un sujeto en La Chorrera y por ser ‘el duro’ de una banda organizada que se dedicaba a matar personas ‘bajo pedido’.

Anchundia fue detenido un año después por el crimen y lo llevaron a la cárcel de Santo Domingo, en la que, según la Policía, formalizó el grupo delictivo R7, banda fraccionada de Los Lobos. En ese tiempo eran unos 50 integrantes, ahora superan los 100.

La agrupación cobraba desde 3.000 dólares para matar a una persona. Además, pedían la movilización y el arma que utilizarían en el crimen.

Información extraoficial indica que Anchundia corre peligro en La Roca porque permanece junto a cabecillas de Los Lobos, quienes, al parecer, quieren su cabeza.