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Crónica roja
Desmembrado en Quevedo, macabro hallazgo de martes 13
Alias Meñe-meñe fue desmembrado y lanzado por partes cerca de su casa. Su ‘chapa’ estaba en pasquines de ‘limpieza’ de bandas criminales.
Eran las 06:25 del martes 13 de septiembre. Una mujer salió a comprar pan para el desayuno y en el camino casi se desmaya al encontrarse con una escena de horror: una cabeza en medio de la calle Primero de Agosto, intersección con Francisco Cumbicus, norte de la parroquia Venus del Río Quevedo.
Unas cuantas cuadras más allá, otras personas descubrieron un saco, al parecer con extremidades. Y en otras calles del sector, otra funda con más partes humanas. De ambos paquetes salía sangre.
Fue un descubrimiento simultáneo, en tres escenarios diferentes del mismo sector.
Familiares identificaron al ‘dueño’ de la cabeza como Kenneth Marcos Ibarra Cerezo (21 años), conocido como Meñe-meñe.
El segundo hallazgo
Alrededor de las 10:30 de ayer, obreros del sector Los Chamberitos, en el botadero de basura, se pegaron la ‘paniqueada’ de sus vidas. Esto luego de que en otro bulto detectaron lo que sería el dorso de un ser humano. Según el jefe policial en Quevedo, Darwin Guevara, se trataría de otra parte del cuerpo de Kenneth.
Estaba en la lista
Una allegada expresó que Kenneth había llegado de la finca donde se ‘tapiñaba’, pues su apodo constaba en los pasquines que hacen referencia a una ‘limpieza’ de bandas criminales.
En el año 2020, Ibarra fue procesado por tráfico de armas y tenía medidas alternativas, por lo que debía presentarse ante la justicia y habría llegado el viernes 9 de septiembre para firmar, pero decidió quedarse en la barriada.
Supuestamente sus verdugos aprovecharon la situación para ‘quebrarlo’. Meñe-meñe habría ‘pagado piso’.
Parientes informaron a la Policía Nacional que la última vez que lo vieron fue el lunes 12 de septiembre, a eso de las 11:00, cerca de la casa donde vivía con sus padres en Venus del Río Quevedo.
Alias Meñe-meñe fue detenido el pasado mes de julio, por tráfico de sustancias sujetas a fiscalización, por lo que fue puesto a órdenes de la justicia, pero no se le formularon cargos y salió de forma inmediata.
Los familiares tendrán que realizar los protocolos correspondientes en el centro forense, para así ‘armar’ el cadáver y darle cristiana sepultura.