Francisco Pilatuña sintió una corazonada desde el primer momento en que su hijo Danny no llegó a casa la noche del sábado. “Yo sabía que algo malo le había pasado”. Y su intuición de padre no falló.

La noche del martes, el cuerpo del chico fue encontrado en una quebrada en el sector de Oyacoto, en el norte de Quito. Tenía excoriaciones (heridas) en los brazos y en las piernas y hematomas en el pecho.

Al momento, la Policía investiga la causa de muerte. “Pudo haberse caído o pudieron haberle querido robar. No sabemos qué le pasó, pero yo no soy de esos que se va a poner a averiguar. Mi hijo ahora está descansando y eso me consuela. Yo creo en la justicia divina”, reveló Francisco, ayer por la mañana, en los exteriores de la morgue de Quito.

Allí fue trasladado el cuerpo de su segundo retoño. El progenitor relata que el muchacho se desempeñaba como asistente de odontología en el consultorio de su prima. Era muy juicioso, contó.

Ese sábado, el padre ni siquiera pudo verlo. Salió temprano de casa, antes de las cuatro de la mañana, para hacer una carrera con su vehículo.

Al regresar a la vivienda en la noche, no lo encontró, así que decidió salir a buscarlo. “Fuimos a los hospitales, a la morgue, a las unidades de Policía Comunitaria, pero nadie sabía nada”, dijo. El lunes pusieron la denuncia de la desaparición e hicieron un ‘barrido’ por una quebrada de Oyacoto. Pero no hubo ningún resultado hasta el martes.

“La mamá también está muy afectada. Ahora quizá nos hemos puesto más duros, pero sabemos que con el tiempo nos hará mucha falta y será difícil superarlo”, aclaró.

No tiene detalles sobre el lugar al que trasladarían los restos de Danny para el velorio. Sin embargo, está seguro de que se le dará “cristiana sepultura” en un camposanto de la localidad.