La muerte de Carlos Mera, alias El Mariscal, para la Policía no es un hecho aislado. La ‘huesuda’ estaba tras él hace rato.

Su crimen sería el desenlace de una serie de hechos sangrientos y atroces que han arrastrado ocho vidas. El hombre era suegro de alias Pachuco, a quien le hicieron un ataque en contra de sus familiares.

El inicio de ese camino tortuoso y violento empezó el 29 de enero de 2020, cuando Jhonny Bowen, alias Pachuco, fue asesinado con 11 tiros en el sitio El Guabito, en la ciudad de Portoviejo, Los Ríos.

Cuando se cumplían siete días de su fallecimiento, algunos allegados se reunieron para hacer oraciones en su casa, sujetos armados los interrumpieron y mataron a seis personas. El único que siguió viviendo en la zona de El Puño fue Mera, de 53 años, quien fue ultimado a tiros el viernes 11 de noviembre, en el interior de su vivienda.

Investigación policial

Mera, de acuerdo con la Policía Nacional, fue asesinado el viernes 11 de noviembre por sujetos que llegaron en motocicleta e ingresaron a la vivienda como ‘perro por su casa’. El hombre se desangró en la sala. Cuando llegaron los organismos de socorro nada pudieron hacer.

El coronel Patricio Almendáriz, jefe policial de la Subzona Manabí, informó que el hombre había sido sobreviviente de esa matanza anterior y que este último hecho finalmente le apagó la vida.

La Policía Nacional asocia esta muerte y las otras anteriores a la disputa por la droga y sus territorios.

En cuanto a los anteriores crímenes, las investigaciones de la Policía vincularon la muerte de Pachuco, en ese entonces, a un ajuste de cuentas y disputa de territorios de microtráfico de drogas.

Pachuco, de acuerdo con los antecedentes, había estado involucrado en asesinato, tráfico ilícito de sustancias y tenencia ilegal de armas.  (AG)