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La Toquilla estrena nueva producción musical con su característico estilo.Cortesía

La Toquilla se vuelve una 'chica mala' en su nueva producción musical 'Ingratitud'

La Toquilla convirtió el vals criollo 'Ingratitud' en cumbia, tiene un videoclip candente en el que se vuelve una chica mala. Apunta al Grammy Latino

La traición y la pasión se entrelazan en el nuevo y audaz videoclip de La Toquilla, en el que se come a besos al novio de su mejor amiga. Es que la cantante manabita abandona su rol de chica buena para mostrar su lado más atrevido y seductor en esta producción titulada ‘Ingratitud’.

“Me quise poner en un papel de una Toquilla más grande y diferente. Al inicio estaba con cuidado de que no se vea mucho, pero al final hay que mostrar también otra faceta y salir de la zona de confort”, dice a EXTRA la artista, que reside en Quito, sobre este nuevo reto.

El rodaje se hizo en Cumbayá y el infiel en la historia es Diego Custode, novio en la vida real de la artista, lo que le facilitó las escenas de pasión.

Sin problemas

‘Ingratitud’ es un vals criollo de autoría del ambateño Fausto Galarza, pero La Toquilla, con el estilo que la caracteriza, le dio un tinte cumbiambero.

“La idea es conseguir este ritmo atemporal y latinoamericano que todos han bailado, pero con nuestros instrumentos, como el requinto, o también la guitarra eléctrica, que son mi particularidad”.

La cantante no teme que este cambio al tradicional tema sea criticado, ya que indica que solo en sus inicios, hace 11 años, hubo ciertos reparos al verla a ella y a sus músicos con pinta de rockeros, interpretando música ecuatoriana.

“Ya están acostumbradísimos, porque conservamos el sentir popular. Gusta porque suena más contemporáneo y no tanto al abuelito”, agrega.

Legado

Alejandra García, su nombre real, canta desde que tiene memoria. Su familia en Manabí es toda musical. Por eso, después de su divorcio del cantante Israel Brito, a diferencia de otras mujeres que tras una ruptura se cambian el color del cabello, ella decidió ser artista.

“Toquilla fue un estado equilibrado de mi vida, de plenitud. Era una mamá divorciada que trabajaba en la Empresa Eléctrica, locutaba, cantaba en bares en Quito y no veía nunca a mi hijo Sebastián. Era eso o no comíamos, pero con la carrera todo cambió”, enfatiza.

Agrega que no había tiempo para “andar reguetoneando” o en cosas vanas. “No quise ser una artista efímera, sino dejar un legado chévere en la música y también como un homenaje a mi familia, a mi país”.

Mira hacia el Grammy

La Toquilla indica que esta canción tiene un significado muy especial, ya que fue en Los Ángeles que decidió hacerla cumbia, en el estudio del famoso artista y productor mexicano Peso Pluma, todo con miras a que participe en el Grammy Latino.

“Ojalá podamos concursar e inscribirnos. La verdad es que no lo había visualizado, pero en vista de que la tendencia actual está yendo hacia la música tradicional de los pueblos, me dije: ¿por qué no Ecuador?”.

La intérprete se muestra optimista. “Tenemos todas las posibilidades, todavía nos sobra ánimo, juventud y muchas ganas de comernos el mundo”.

El 3 de agosto irá a Estados Unidos, donde será parte de la celebración de las fiesta patrias de los ecuatorianos, en varias ciudades.

“Es emocionante ver cómo la comunidad va creciendo. Ya no son solo ecuatorianos, sino también latinoamericanos”.

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