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Tomás Delgado prefiere tomar con sus amigos.Cortesía de Tomás Delgado

Seco y Volteado: Tomás Delgado se despertó pintado y con una ceja rasurada

El actor Tomás Delgado se ‘pegó’ su primera borrachera a los 17 años. Si fuera un licor le gustaría ser un ‘Patito Anisado’

Como buen comediante, la experiencia del actor Tomás Delgado con el licor es de lo más jocosa. El artista, reconocido principalmente por su personaje de María Conchita de la Concepción Martínez Pilataxi Rumualda Estefanía, o simplemente La Vecina, recuerda que era adolescente cuando se pegó la primera ‘chupa’ y se quedó dormido sobre unas piedras.

Y fue precisamente por esa costumbre de quedarse ‘ruco’, que sus amigos aprovechaban para maquillarlo y hacer en su cara otras diabluras. 

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  • ¿Cómo fue su primera borrachera?

Tenía 17 años cuando me pegué mi primera borrachera. Estaba chupando con unos panas y me quedé dormido en un cerro de piedra chispa, la que se usa en construcción, fuera de la casa de un amigo. Eso fue un goce.

  • ¿Tiene alguna canción que prefiera escuchar en las ‘chupas’?

En el tiempo que tomaba lo hacía solo con música del recuerdo o folclórica. Mi canción favorita es una de Los Kjarkas de Bolivia, ‘Vivir junto a ti’, era mi preferida porque me recordaba amores pasados.

El actor Tomás Delgado.captura
  • ¿Bebe con amigos o con la pareja?

Entre amigos siempre es mejor, al menos si los ves a los tiempos, porque habrá mucho que contar y recordar.

  • Si fuese un licor. ¿Cuál sería?

Definitivamente, ‘Patito Anisado’. De joven era mi (trago) preferido, o también un puro con leche.

  • ¿Cuál fue el momento más bochornoso que vivió en una ‘chupa’?

Tengo varias de esas historias que a uno le pasan con tragos. Como aquella vez que amanecí pintado y con una ceja rasurada, porque el que se dormía, ¡pagaba piso!

También, otra ocasión que estaba en una ‘chupa’ en el cerro Mapasingue, con mis panas decidimos ir a seguirla en otro lado y dejamos olvidado a un amigo que estaba dormido borracho, detrás de unos tanques de agua. ¡Nos acordamos a las tres horas de mi pana! (risas).

Otra fue en un Carnaval que estaba chupando en Echeandía (provincia de Bolívar), y un pana loco se quería tirar al río y todos lo cogía para que no lo haga, pero yo le dije: ‘¡déjenlo que se tire!’. Apenas tocó el agua, el frío se lo comió, se le quitó la ‘plutera’, pero la gente del pueblo se nos cargó y nos decían estos monos sí que son problemáticos (risas).

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