Tras su participación en ‘Masterchef Celebrity Ecuador’, la terapeuta guayaquileña Susi Hidalgo, de 64 años, asegura que está viviendo “algo de locos”, y aunque fue eliminada de la competencia por presentar un plato muy simple, confiesa que la experiencia fue positiva. Es por eso que está dispuesta a repetirla, pero ya sin el estrés que vivió los últimos días y que la llevaron a que se le dispare su problema de tiroides, lo cual le provocaba cansancio y lentitud.

La convivencia. Nunca había vivido con tanta gente, solo conocía a Nikki Mackliff y Andrés Crespo. Convivíamos desde la mañanita que salíamos del hotel hasta las once de la noche que volvíamos, solo no dormíamos juntos, pero la convivencia es muy difícil hasta con una persona que uno ama, imagínate con alguien que no conoces y con todo lo que conlleva.

No me meto en nada y no me interesa si lo hacen o no, pero sí había uno (grupo) de los pelados que estaban mucho más juntos.

Yo no tuve problemas con nadie, porque a mí no me interesa ni me meto en la vida de nadie. Si me piden una opinión, doy mi opinión, pero no te digo qué hacer con tu vida.

Hago terapias a donde me toque y a quien necesite.

Eso no te puedo decir, pero era de cualquier cosa, como ‘estoy sola’, ‘no me gustó cómo me entrevistaron’, por mucha pena, o porque tenían algún rollo familiar. De todo lo que pasa en el día a día. No somos diferentes al resto del ser humano, somos exactos, incluyéndome.

Todo, las amistades, el cariño, forjar amistades así, no con todo el mundo va a ser continuo, pero fue una experiencia muy linda. Eran 18 horas que pasábamos juntos todos los días, o te haces amigo o no, pero es bonito hacerse amigo. ¡Para qué ir contra la corriente!

Con Nikki, Andrés, Sergio, mi heladero favorito. Gigi, Lu, todos son mis niños. Soy la tía Susi, soy mamá gallina que apaño cerros de gente en la vida para quererlos, cuidarlos, enderezarlos, putearlos, lo que sea que haya que hacer.

Soy amiguera y tengo una inteligencia emocional superalta, trabajo entrenando mentes, entonces es muy fácil para mí.

Sí, el estado emocional, el no caer en esa angustia y ese estrés pensando, ¿será que me sale bien este plato? Soy cocinera y me gusta cocinar, nunca voy a hacer chef, cambiaría ciertas actitudes mías y conmigo mismo.

En cada eliminación esperaba irme, estaba lista, siempre he estado lista porque yo no soy competitiva, soy la única que no compitió. Estuve así (dibuja una sonrisa), feliz todos los días, contenta de estar, pero si me sacan, me voy feliz también por haber estado, nunca tuve una expectativa más allá del hoy.

Tengo hipotiroidismo desde hace 26 años, pero tengo una doctora que es la mamá de Tarzán que me tiene regulada, pero cuando el estrés sube más allá de una hora, media hora diaria, el cortisol se dispara. Ya estaba lista para salir porque la tiroides afecta absolutamente todo, estaba lenta, cansada, no teníamos mucho tiempo para dormir, para descansar, y si hay algo que no gusta, es uno quien tiene que hacer los cambios, no el resto.

Casi nunca lloro en la vida, lloro por felicidad, porque ya no me entra en el cuerpo la felicidad y tiene que salir por algún lado. Estaba muy conmovida de sentir el amor de todos, mis chicos que estaban en el balcón bajaron a despedirse de mí, fue a la única persona que le hicieron eso. Sentir el cariño de los chefs, Érika (Vélez) que chillaba y como llorar es contagioso, cómo no llorar. Soy lo más sensible del mundo. No soy de piedra.

Es de locos, estuve en Quito grabando con Sergio el heladero, salir a la calle y no poder ni caminar un paso fue de locos, eso no me ha pasado nunca. La gente me abrazaba, se tomaba fotos, soy abrazadora y si mi abrazo te puede sanar, te voy a abrazar. Me escriben de todas partes del mundo, eso me hace más feliz aún de lo que soy, no me define como ser humano, pero me llena el alma de una manera impresionante.

Sin duda, ya sé a dónde voy, pero sí, fui a ciegas... Cuando sabes cómo funciona una estructura, eso ya es parte de tu vida.

Ciento por ciento, es que yo solo le veo lo positivo a la vida, sino, ¡para qué vivo, quejándome, no!

Hay muchísima gente que conozco que se queja y fuera de ella los demás tienen la culpa. La culpa es una historia creada para unir al sacrificio. Yo, que hice esto por ti, ¡no! Si lo hiciste, lo hiciste con ganas, ¡no jodas!

Lo mío es ser feliz todos los días y si tú eres mi paciente tienes que ser feliz, enseño y entreno eso, pero si quieres seguir siendo víctima, acá a mi consulta no regresas.

Me lo pueden decir, pero yo no soy sexóloga. Hay gente que se ha sacado la madre estudiando sexualidad humana los siete años que dura la carrera. Yo he estudiado sexualidad humana, más que nada cómo funciona desde la mente.

No me gradué de sexóloga, soy couch emocional y científico, tengo métodos que enseño y entreno a mentes para ser felices, para lograr lo que se quiere, una relación de pareja de éxito, una relación contigo mismo de éxito, tener éxito en la vida. Manejar las emociones para la mayoría de la gente no es fácil, no saben cómo hacerlo.

Voy al gimnasio todos los días, una hora es suficiente, hago pesas y hago cardio, como sano, pero lo principal es que tengo pensamientos sanos, hablo de una manera con conciencia y siento sano. El día que me vaya del planeta me voy en total paz, que para eso vine.

Él es el que me maneja la vida y el que manda. Soy amor, soy luz, soy conexión con la divinidad.

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