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Farándula
La Suprema Corte sentenciada al éxito
La Suprema Corte celebra con ‘30-30’ su carrera por el mundo de la salsa. “Ecuador es donde mejor nos ha ido en la vida”, asegura su director
Su sentencia es larga: darle ‘hasta que se rompa el cuero’. Y aunque a su llegada el calorcito les pegó duro, ellos se pararon en plena plaza Rodolfo Baquerizo Moreno, bajo el intenso sol de las tres de la tarde, a cumplir el veredicto de los salseros: tocar y cantar.
De esta manera el grupo colombiano La Suprema Corte, una ‘institución’ en la salsa, quiso compartir con los ecuatorianos sus 30 años de carrera. Con algunos rostros nuevos, eso sí.
Con las letras de la palabra Guayaquil aún ‘vestidas’ con motivos navideños en pleno 2023, lo que les causó algo de gracia, los ‘muchachos’ sacaron sus equipos y se instalaron en la plaza para hacer un cortito musical.
La sangre salsera que corre por sus venas se puso de manifiesto enseguida. El sonido del trombón del maestro Andrés Viáfara (fundador y director del grupo), las congas, el bongó y las campanas por poco les cuesta la expulsión del lugar, donde realizaron un breve video promocional de su paso por el Puerto Principal.
Los guardias creyeron que había algo político, pero al ver quiénes eran todo fluyó. La salsa manda y EXTRA estuvo allí para comprobarlo.
“Son 30 años que llevamos haciendo música y esto seguirá hasta que el cuero se rompa”, aseguró Viáfara, director del grupo cuyos éxitos como ‘Escombros’, ‘Un amante como yo’, ‘Quiero quedarme en ti’ y ‘Nunca podré’ forman parte de lo que llaman el ‘libro de la salsa’.
Y varias de esas canciones forman parte de ‘30-30’, su más reciente producción, un compendio de los 30 mejores éxitos de La Suprema Corte en sus 30 años de actividad musical.
Varicela ‘salsera’
Hijo de un abogado y de una profesora de canto, Viáfara, quien también fue parte del Grupo Niche, se separó de este en busca de un sueño propio y en 1990 creó su grupo. “Al inicio se llamó La Corte, en honor a lo que en mi tierra llamamos el ‘parche’ (los ‘panas’). Luego cambiamos a Corte Suprema, pero por sugerencia de mi papá, que es abogado, lo dejamos en La Suprema Corte, es decir la ley salsera”.
Pero surgir no fue fácil. Al tiempo que sacaba su primer álbum con La Suprema Corte, titulado ‘Salsa pesada’, el ‘duro’ del Grupo Niche, Jairo Varela, le pedía ayuda para ‘Cielo de tambores’. “De ocho de la mañana a dos de la tarde trabajaba en mi álbum y de ahí corría al otro estudio y le daba ‘hasta que se rompía el cuero’ (hasta el cansancio). Sufrí una baja de defensas, me salieron nacidos y hasta me dio varicela. ¡Pero valió la pena!”, recuerda el también trombonista.
Ecuador, su gente y JJ, algo especial
Sobre Ecuador, asegura que esta es la plaza número uno para ellos. “Este país entero es especial, es donde mejor nos ha ido en la vida”, sentencia el músico.
Entonces recuerda sus inicios musicales. “Empecé con los coros, luego el violín, el bajo. La guitarra fue fundamental en mi formación y ahí conocí a artistas como Julio Jaramillo, un grande de Latinoamérica y el mundo, y otros como Los Panchos, Los Diamantes y más. Siempre he pensado en hacer algo muy personal, no comercial, algo así como un álbum de boleritos con música de ellos”, revela el compositor, productor y arreglista colombiano.
“Y ya después me quedé con el trombón”, explica, al tiempo que aconseja a los salseros del mundo no quedarse estancados. “La música evoluciona y hay que adaptarse. Yo he hecho colaboraciones con varios artistas de otros géneros como reguetón, pero eso no nos quita nuestra esencia: una salsa romántica pero con contenido, profunda y con buen ritmo. Esa es la sentencia que estamos obligados a cumplir”.