María Mercedes Pacheco aprendió que beber cuando se tiene una decepción amorosa no conduce a nada bueno, ya que terminó enferma y llena de vergüenza, lo que sumado al despecho que se cargaba, la llevó a sentirse peor de lo que ya estaba. Cuando se echa los tragos, a la actriz le gusta escuchar música nacional y bailar tecnocumbia; pero eso sí, en casa, con los suyos o con los ‘panas’ más íntimos, nada de beber en público. Así evita exponerse.

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¿Cómo fue su primera borrachera?

En realidad no lo considero una borrachera, pero fue una experiencia muy fea. A los 18 años estaba en Salinas con un grupo de amigas del trabajo y fuimos a un evento que organizó una radio. Una de ellas participó en un concurso y se ganó dos botellas de cocteles. Lo más gracioso es que fuimos entre ocho a la tarima a reclamar el premio. Ninguno de nosotros bebía, pero ya con las botellas ahí decidimos probar. Yo esa vez me cargaba tremendo despecho por una decepción amorosa y solo tomé un vaso de coctel de menta, pero me empecé a sentir mal, estaba mareada y ya no pude seguir disfrutando de la música.

¿Qué hizo?

Sentí que me moría y mis amigos me llevaron al hotel. Me dormí y cuando desperté no podía creer que un solo vaso de coctel me hizo tanto daño. Pienso que ahí influyó más el despecho que el trago.

¿Qué música escucha cuando toma alcohol?

Me encanta escuchar la música nacional, disfruto cómo suena el requinto, pero también soy fanática del pop en inglés, el rave y la salsa, la puedo escuchar por horas. Me gusta bailar tecnocumbia y soy rockera de alma, ¡la música es vida!

¿Bebe con amigos o con la pareja?

Eso solo lo hago con mi familia y amigos verdaderos, porque el licor vuelve vulnerable y desinhibe a las personas, así que hay que tener mucho cuidado para después no estar lamentándose.

Si fuese un licor, ¿cuál sería?

Una botella de Jägermeister, un licor alemán súper dulce que puede empalagar pero al mismo tiempo es fuerte. Si se abusa de esa bebida te estrellas en el piso.

¿Cuál es el momento más bochornoso que ha tenido en una borrachera?

Cuando tenía 30 años aproximadamente, mezclé Jägermeister y whisky. Eso fue terrible, porque estaba pasándola muy bien, pero cuando me paré para ir a bailar, sentí que me caía para atrás. No sé cómo hice para no ir a dar al piso. Solo de imaginarme lo que habría sido, se me terminó la diversión. Es que cuando uno bebe, a veces no tiene el control de sus actos. Por eso, para no pasar vergüenza, es mejor no beber en lugares públicos. En casa es todo (risas).

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