El actor y presentador Danilo Esteves ha sido cosa seria para el trago. A los 16 años se pegó su primera ‘chupa’ y asegura que se sintió como “un helicóptero dando vueltas sin control”. Pero confiesa que lo peor de todo le sucedió años más tarde, cuando después de una borrachera y ya medio dormido buscó un baño, pero no lo encontró y terminó orinando sobre un regulador de voltaje.

Actualmente ya no empina tanto el codo, solo en ciertas reuniones familiares y con unos pocos amigos. Si fuese un trago, en su época de las tremendas ‘chupizas’ dice que hubiera sido un vodka puro, pero actualmente es solo una sangría.

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Tenía 16 años y fue en el cumpleaños de una amiga. Me sentía bien, no estaba totalmente ebrio sino solo un poco mareado, pero cuando me acosté a dormir sentía que se me hundía la cama. Me daba la impresión que la cama era un helicóptero sin control, y me acordé que había escuchado que se ponía la mano o el pie en el suelo para que pare, y así fue.

Ya con el chuchaqui salí a caminar en el barrio y como andaba con el trago en la sangre, estaba súper amigable, entrador, saludando a todos y conversando. Pensé que había perdido mi timidez, pero una vez que pasó el efecto del trago, volví a ser el tímido de siempre. Pero la segunda borrachera fue la peor.

Fue entre amigos y amigas. Con la chica que estaba nos fuimos a una habitación para estar solos... ¡y me quedé dormido! No hubo nada de nada.

En una época eran infaltables las canciones de José José, Camilo Sesto y Raphael, esas ‘cortavenas.’ Pero una especial sería ‘Amar y querer’, de José José, esa la escuchaba una y otra vez.

Durante casi toda mi vida bebí más entre amigos que en pareja. Pero, obvio, también es muy divertido con la chica y luego se pone ‘hot’ el asunto y se la pasa bien.

En época ‘heavy’, ‘mostro’ como dicen por ahí, hubiera sido un vodka puro, al estilo ruso. Ahora solo soy una sangría (carcajadas).

Cuando tenía 18 años con mis primos estábamos bebiendo en la playa y nos amanecimos. En una de esas noches, me senté en una piedra en la garita de la ciudadela donde vivíamos en Salinas y me quedé 'ruco'.

No sé cuánto tiempo después me desperté y me fui caminando a mi casa, con el cuerpo todo adolorido.

Otra fue a los 22 años. Después de una ‘bebetiza’ nos fuimos a la casa de unos amigos a dormir, pero lo cierto es que el trago siguió saliendo, yo me dormí y así medio 'ruco' me levanté al baño pero nunca lo encontré, sino que me oriné en un ‘regulamatic’ (regulador de voltaje).

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