Tiene 68 años, de los cuales 47 ha trabajado en TC; sin embargo, hace 3, ya no se lo ve en la pantalla. El presentador Polo Baquerizo, recordado por su popular programa Haga negocio conmigo, continúa laborando en dicha casa televisiva, pero no aparece en pantalla.

Revela que ha recibido ofertas de otros canales, incluso lo llamaron para participar en el reality de cocina MasterChef Celebrity Ecuador, pero no aceptó.

Polo o El eterno perdedor, como lo llama su público, habla del porqué se ha cerrado a nuevas propuestas y de toda su historia detrás de las cámaras.

Tener el cariño de la gente. Eso no tiene precio.

Me estaban invitando para participar en un programa, pensaron que no estaba en el canal (TC) porque no estaba al aire. Después de Haga negocio conmigo estuve cuatro años en De Casa en Casa hasta que vino la pandemia. Luego de eso me echaron a un lado por ser tercera edad y bueno... Estoy en grabaciones para publicidad, en comunicación interna del personal y una que otra cosa.

Nunca me moví por plata. En mi vida siempre pongo las cosas en una balanza, si me siento bien en esa casa televisiva en donde comparto con compañeros y amigos para qué me voy a ir.

Quiero mucho a mi canal y si hablo de él tengo que hablar de cosas bonitas, las cosas que no me simpatizaron me las guardo en el corazón. Me mantengo en el canal hasta no sé cuándo. Siempre les guardaré el cariño. Soy el más antiguo, pero todavía siento que tengo las fuerzas para trabajar como el primer día.

No, la verdad no. No quiero retirarme, me tienen retirado que no es lo mismo ni suena igual. Sé que puedo, no sé si sea prudente hacer Haga negocio conmigo por la situación actual del país (inseguridad), pero hay otras alternativas.

Un programa que haga tiene que ser acoplado a mi estilo, que sea digerible para todo el mundo. La gente disfrutaba mis chistes, bromas, lloraba, me contaba sus historias, me gané la confianza de todos y lo comprobé el día que me casé.

Me casaba a las 21:00 en la iglesia María Auxiliadora. Recuerdo que llegué unos minutos antes y vi muchísima gente, después traté de pasar en medio de todos y pregunté lo que pasaba, fue cuando me dijeron que estaban por mí, por mi boda. No podía creer tanto cariño, y fue tan emocionante que cuando me tocó leer mis votos matrimoniales me quebré y lloré tanto...

Salieron notas editoriales bastantes fuertes. Me hacían pedazos, pero nunca respondí. Los animadores -en ese entonces- eran de terno, formales y de formal no tengo nada. Tenía una animación muy de costeño y ‘guayaco’, mis palabras como ‘turro’, mis juegos y mis bromas no era lo normal. El tiempo fue pasando y me aceptaron. Había otros editoriales que me criticaban por el estilo de animación, pero era yo: el loco del barrio.

Fue muy duro a nivel de la Sierra, porque el estilo de ver las cosas era distinto. Las nuevas generaciones ya hablan igual, incluso en la Sierra ya dicen pana. Con el pasar de los años me aceptaron bien en todo el país.

Respeté siempre. Como dice la frase: Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe.

Tengo que ser honesto, nunca pensé que iba a ser una marca, ni en radio, ni en televisión. Hice cosas que nunca pensé, pero no porque quería hacer contenido como ahora dice la gente, sino que ese era yo. Eran ‘cosas zanahoria’ para lo que muchos hacen en la actualidad.

Se me hace un poco complicado, no soy de mucha tecnología. He preferido mantener mi vida tras bastidores como siempre, pero hay que ponerse en algo. A veces no tengo qué comunicar, no soy farándula, soy muy casero, publico alguna foto, un video o algo así (...) Si 10 me ven y me dicen comentarios a favor o contra, lo respeto. Soy feliz con eso.

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Si me iban a buscar, en mí encontrar chisme o rollo nunca. Siempre fui cuidadoso y respetuoso en mis trabajos (...) La mayoría de gente ahora se mete a los medios para tener un plus, verse chévere, por hacerse los conquistadores y debe ser igual en el caso de las mujeres. Para mí fue una cosa apasionante y lo sigue siendo. Me he ganado el pan con el sudor de mi lengua. Comencé haciendo lo que nunca pensé que sería mi carrera.

Esa fue una de las cosas en las que irrumpí. Nunca un animador daba besos. Pero nunca me vi involucrado en temas sensibles, terminaba de grabar y me iba para la oficina o a mi casa, nunca dejaba espacio para que la gente hable. Aunque no lo crean en el fondo, soy tímido, es algo extraño.

Soy bien romántico, sentimental y sensible. Soy muy introvertido en expresar mis sentimientos porque me quiebro y es porque me contengo.

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