Desde  ‘peladito’ era el chistoso de la familia y del barrio Manabí y Pío Montúfar, en el sur de Guayaquil, donde creció con sus abuelos paternos.

Con un don natural para hacer reír, Martín Calle supo que lo suyo era la actuación desde que en la escuela lo elegían como el ‘comediante’ principal para divertir en las fiestas.

“Mi abuelo era guitarrista y bohemio, puede ser que por ahí venga lo de ser artista, pero en realidad uno nace con esto”, explica.

A pesar de la alegría que transmitía, su infancia fue muy complicada debido a la separación de sus padres y al abandono de su madre.

“No puedo decir que tuve una infancia muy agradable y bonita, porque no fue así. El recuerdo más lindo que tengo de mi niñez es mi madre bella, mi abuelita Luisa, que me crio”, comenta.

Se define como chapado a la antigua, por todas las enseñanzas que recibió de sus abuelos.

“Recuerdo que ellos escuchaban a Don Medardo y sus Players, los boleros de Los Panchos y el Trío La Rosa. Fui criado con esa música y me encanta hasta ahora”, cuenta el actor de 45 años.

Inicios en teatro

Mientras cursaba sus estudios en el colegio 6 de Marzo, comenzó a prepararse en la actuación. Después de año y medio de aprendizaje, tuvo la oportunidad de actuar junto a Oswaldo Segura. “Debuté en el teatro en 1991 con el grupo La Mueca. De ahí seguí actuando con otras compañías hasta el año 1994”.

Sin trabajo en la actuación, comenta que vivió una etapa de angustia y preocupación.

Hizo de todo

Martín buscó la forma de ganarse la vida con diversas actividades que nada tenían que ver con su ocupación. “A partir de 1994 cuando salí del teatro, me tocó trabajar en una empacadora pelando camarón. Cargué sacos de harina en un camión y hasta limpié ‘waters’ (servicios higiénicos) en una discoteca para poder ganarme la vida”.

Lo que no se imaginaba entonces era que llegaría a la televisión y que su vida daría un giro total.

El salto a la pantalla

Actuó como extra en producciones de Ecuavisa y Sí TV (ahora Canal Uno), pero el gran salto lo dio en 1997.

Fue el recordado productor Miguel Tanús, creador de ‘Chispazos’, y su hijo Rashid quienes le dieron la oportunidad de demostrar su talento en la ‘tele’.

“Don Miguelito, que en paz descanse, me dio mi primer trabajo de verdad en la televisión. Eso fue en 1997, cuando volví a hacer lo que tanto me gustaba. Y a partir de entonces, gracias a Dios, no he parado”, recuerda con emoción.

El turco Karin Massare fue el personaje que interpretaba en ‘Chispazos’ y con el que comenzó a acariciar el éxito. “Mi sueldo era de 500 mil sucres (40 dólares). Ya tenía por lo menos para comer”.

Durante nueve años actuó en ‘Vivos’, en Ecuavisa, junto a David Reinoso y Flor María Palomeque. Su carrera se afianzó con los protagónicos en ‘El secreto de Toño Palomino’, ‘La panadería’ y ‘El exitoso Lcdo. Cardoso’, en ese mismo canal.

A esos éxitos televisivos le siguieron ‘Puro teatro’, en Gamavisión, y luego ‘Así pasa’ y ‘3 familias’, también en Ecuavisa. Fue ahí donde se enamoró de su coprotagonista Cecilia Cascante, quien en 2019 se convirtió en su esposa.