Entró corriendo a la radio sin despegarse del celular. Me saludó al apuro. 12:30 marcaba el reloj y para mi sorpresa llegó puntual. Ya otras veces me habían invitado para compartir el micrófono con Mariela Viteri y la puntualidad no es su mejor virtud, pero a la diva manabita se le perdona todo.

A las 13:03 nos vimos en el set, pero no permitió que me acerque a saludarla con el clásico beso en la mejilla, porque estaba agripada. Aseguró que no tenía covid-19. Así, al vuelo, arrancó su programa ‘¿Qué pasa?’.

Sentada sobre un sofá, Mariela se comparó con Cleopatra. En ese momento recordé que a la emperatriz también la conocían como ‘la boca de 10 mil hombres’, por su gusto por las felaciones, algo que en vez de sonrojarla le causó carcajadas.

Cuánta razón tuvo Jimmy Jairala cuando en 1988 le dijo que entró a la televisión por sus piernas y se quedó por su inteligencia. En esta entrevista, Mariela de Jesús Viteri Velasco, que el próximo 27 de diciembre cumplirá 55 años, habla de todo...

-¿Cuándo te casas?

No, no me caso... Ya me he casado dos veces.

-¿Tu novio (Roberto Trujillo) ya te pidió matrimonio?

No me ha pedido matrimonio, estamos contentos, enamorados. Llevamos unos siete meses ahora a fin de mes.

-¿Cómo lo conociste?

Nos presentaron unos amigos, unos amigos que ya se pelearon. Es contratista, tiene representaciones internacionales. No es petrolero, como la gente decía, es un hombre de negocios.

-¿Mayor que tú?

¡Ehhh!, diez años.

-A ti te gusta en ese perfil (empresarios maduros).

Bueno, yo voy a tener 55.

-Pero no pareces.

Ya, pero él tiene 65. Estoy contenta con él, porque además somos parecidos, él es más despistado que yo, creo que es más ‘outgoing’ (extrovertido) que yo.

-¿Tiene hijos?

Tres hijos. Se ha divorciado dos veces, sus hijos son grandes.

-¿Cómo te conquistó?

Lo que a mí me gustó de entrada es que tiene el apellido de mi primer esposo (risas). Pero yo dije: “Ya conozco a la familia, ya sé de qué se trata, ya sé como es”.

-¿Es familia de tu primer esposo?

Sí, eso mismo, primo de segundo o tercero (grado), una cosa así. Entonces una ya sabe por dónde camina. O sea, ya como que te sientes en confianza. Además él iba y venía porque su familia vive en Manta, conoce a mis primas, a mis amigos. Me sentí en casa y para mí eso es muy importante, porque de todas maneras tienes una identidad con esa persona.

-¿Cuántos novios has tenido después de Ricardo Mórtola (fallecido)?

No, no, tampoco, acuérdate de que con Mórtola yo me separé en 2004. Después estuve tres años con uno. Más tarde ya me entregué al mundo cristiano y estuve dedicada a mis hijos por 10 años, pero salía con uno, con otro, pero una vez o dos veces.

-Una vez me contaron que cuando andabas hecha la ‘hermanita’, en un viaje a Tierra Santa te hiciste ‘pis’ detrás de la piedra donde Moisés abrió las aguas del mar Rojo...

No, no, no. Primero en Tierra Santa el mar Rojo está más allá, me hice ‘pis’ en Jerusalén, adonde llegamos en la noche, pero no se les ocurrió llevarnos al hotel primero en el tour, sino que fuimos a orar a algún lado, a ver Jerusalén de noche o algo así, y no me dejaban usar el baño del bus y me hice ‘pis’ detrás del bus.

-¿Sigues yendo a la iglesia?

Ya no estoy en el grupo cristiano.

-¿Por qué te alejaste?

Fue por pandemia. Estoy estudiando el judaísmo actualmente, pero por mi cuenta y riesgo.

-¿‘Simplemente Mariela’ vendrá en el 2024?

‘Simplemente Mariela’ soy yo... Lo veo como misión imposible, podría hacerlo en algún momento, pero yo estoy bastante contenta con lo que tengo. Es más, ahora regresa Ricky de periodista graduado de Pamplona (España) y tenemos mil proyectos.

-Pensé que Marielita (su hija) podría ser tu sucesora...

No, ella es otra cosa, ahora está aplicando para Google (tiene 27 años y viajará a Australia y luego a Tailandia. Es trabajadora nómada de una agencia de marketing digital en Londres, Inglaterra).

*Le recordé que en ‘Simplemente Mariela’ tuvo de invitados a Carlos Julio Arosemena Monroy (+), a una trabajadora sexual y al payaso Frejolito. El expresidente del Ecuador, que ya rondaba los 80 años, se le fue ‘de bola’.

Los hombres son coquetos, él (Arosemena) era coqueto, pues. Tú sabes cómo soy en las entrevistas, eso me pasó mil veces.

-¿Y le preguntaste si era virgen?

Creo que sí.

-Porque Alberto Dahik te preguntó si le ibas a preguntar si era virgen.

Pero Alberto sí me paró, no me dejó avanzar.

-¿Alguien se molestó cuando le preguntaste si era virgen?

Nadie. Bueno, Flor María (Palomeque) no dice que cuando era chiquita sí se puso brava conmigo porque yo la entrevisté en ‘Simplemente Mariela’ y le pregunté si era virgen y luego me dijo: “Me cagaste con mi papá” (risas).

-Pero de “¿eres virgen?” a “¿te masturbas?”, ¿qué era lo último que preguntabas en tu programa (radial en el 2022)?

No me acuerdo, porque era un tema como con una psicóloga. Yo creo que preguntar si eres virgen tiene también que ver con tu forma de ser, los valores. O sea, es como un todo, qué tanto te importa la castidad, qué tan apegado eres a la religión. La pregunta era evidente, holística.

-Pero tú le preguntaste a Marián Sabaté si se masturba y ella se ‘mataba’ de la risa y te preguntaba a ti lo mismo...

Puede ser, pero fue en otra entrevista, no es la última.

-Fue en otra entrevista, como hace dos años.

Que no trascendió tanto como esta (refiriéndose a una entrevista que le realizó hace poco a la Reina de la Prensa Rosa).

-No te quedaste solo con la revista Mariela, o solo con la radio, evolucionaste...

Una líder cristiana me dijo cuando estaba en ‘Simplemente Mariela’: “No aprendas a ganar dinero solamente desde la tarima, mira la enseñanza; si uno aprende a ganar dinero solamente desde la tarima, eso se va a acabar”. Entonces siempre tuve eso en mi cabeza, porque cuando yo llegué a la televisión, al mes me querían votar por mi voz ronca.

-Y entraste por las piernas...

Y me quedé por el cerebro, pero por mis ganas de trabajar, también porque al mes me querían botar, te lo juro. Una persona (Gastón Carrera) me dijo: “Creo que te vamos a reemplazar por Carla Sala, porque tu voz ya está demasiado ronca, no se puede”. Mi garganta es una de mis debilidades porque hablo bastante, entonces a veces me pongo ronca y en esa época no sabía modular ni manejar mi garganta.

-¿En qué programa fue eso?

Cuando entré tenía 20 años (1988), en el segmento de farándula ‘Aplausos’ de TC. Yo pensé: “Oye, ponte pilas, mejora”, pero me dolió eso de que me querían cambiar por Carla Sala. Además, quién se le va a parar al lado a Carla Sala.

-Pero mira cómo es la vida.

Yo aprendí a editar, era reportera día y noche. Preguntaban: “¿Quién quiere ir a entrevistar?” “Yo”, decía. Yo quería todo. “¿Quién se quiere ir de viaje?”. “Yo”. Y ahí fregué mi matrimonio, porque solamente trabajaba, pero pude hacerme un camino. Entonces aprendí a ganarme la vida trabajando de verdad.

-¿Por qué acabó tu primer matrimonio? ¿Cachos?

(Se toma su tiempo para responder)

-Lo pensaste. ¿Te traicionó?

No, nunca.

-¿O tú le pusiste los cachos?

(Risas) No me acuerdo.

-¡Le pusiste los cachos! ¿Mariela, has puesto cachos?

Yo sí, pues.

-Me quedé hasta la historia de Mórtola, no tenía presente al primer matrimonio.

(Me clava la mirada y se ríe) Yo soy abierta en eso, una falla de repente, una puede tener errores, pero yo no me justifico ni nunca voy a justificar algo, pero son cosas que pueden pasar. Eso no quiere decir que sea recurrente en mi vida y que me parezca que eso estuvo bien, pero son cosas que pueden pasar.

-Es un aprendizaje también porque nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde.

(Asiente) Y definitivamente yo creo que mi error fue no darme más tiempo para casarme. De hecho, no debí haberme casado, si yo ya estaba dudando en casarme o no. Entonces por eso yo con lo del casamiento voy con tranquilidad, porque cada vez que me he casado, te lo juro Cuy, cuando yo me caso, el día de mi matrimonio no soy feliz, no soy feliz, soy infeliz.

-¿Por qué?

No sé, no sé si nací para estar soltera, no sé. O sea, no he sido feliz el día que me he casado.

-¿En los dos matrimonios?

Sí, me da tanto miedo ese día que yo no soy feliz.

-¿No es que no ames a tu pareja?

La primera vez definitivamente no me quería casar y fui muy infeliz el día del matrimonio. En la boda yo lloraba. En el segundo (matrimonio) yo amaba mucho a Mórtola, pero no es que me sentía contenta de casarme. Yo digo que debí haberme casado a los 55, porque definitivamente yo no tenía esa convicción a los 20. Pienso que soy una persona adelantada a mi época, porque una se casaba en esa época para no quedarse en la percha y todo ese tipo de cosas, pero decía: “Dios mío, ¿casarme? No estoy lista todavía, quiero trabajar, viajar”, lo que ahorita piensan las chicas. Nunca me sentí lista a los 20 para casarme y a los 30 tampoco, y al día de hoy tendría que pensármelo muchísimo.

En resumen: Se casó con Jaime Andrés Trujillo a los 20 años, se divorció y seis años después contrajo nupcias por una década con Ricardo Mórtola.

-¿Eres peleona en la intimidad?

No, te juro que no.

-¿No te excita pelear? Buscar un pretexto para luego...

Sí, claro, eso a todo el mundo, eso es riquísimo.

- ¿Pero es como que ‘quiero buscarle pelea porque me excita, porque solo así me puedo excitar’?

No, no, así no funciona, tiene que ser pelea de verdad, tiene que ser una verdadera pelea. Si no, así no me excita.

-¿Qué peleas recuerdas? De esas que después venía el ‘cuerpeo’, la reconciliación.

Con Jaime Andrés tenía 1.500 peleas. Con Mórtola, que era 20 años mayor a mí, las peleas eran un poquito ácidas, realmente se ponía muy bravo, yo me resentía mucho. Ay, no, no, no, en cambio, con Jaime Andrés sí había eso (mirada picarona).

-¿En la parte sexual había mucha química, pero no para el matrimonio?

No tiene nada que ver, tienen que conjugarse muchas cosas...

-Tiene que ser un complemento, la parte sexual y la parte...

Espiritual, que vayas creciendo. También el hecho de que yo estaba ya creciendo mucho en televisión y en los medios, y Jaime Andrés era muy celoso, entonces eso a mí me mató.

-¿Te celaba con los famosos, con los entrevistados?

Por la minifalda, con todos, entonces eso a mí me mataba porque no me dejaba ser yo. Una persona tiene que dejarte ser, a Jaime Andrés sí le pasaba eso conmigo.

-¿Se molestaba por las minifaldas o cuando mostrabas el calzón sin querer queriendo?

No, no, no, él se quería morir, me hacía relajo, escándalo, no me dejaba ser, no me entendía. Yo crecía y él no quería que yo creciera más.

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