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Kathe Lino, La Puchy: “Sé mover muy bien mis glúteos"
A Kathe Lino, La Puchy, le gusta ser sensual y coqueta. Admite que ser tan provocativa también tiene su lado negativo
Influencer de moda y belleza, más conocida por sus idas y vueltas amorosas con el presentador de televisión Carlos José Matamoros, Kathe Lino, La Puchy, confiesa que le encanta mostrar su sensualidad y coquetería. La parte de su cuerpo por la que más piropos recibe son sus ‘pompis’, de las que dice con picardía “sé moverlas muy bien”.
A los 18 años de edad se hizo sus primeras cirugías estéticas. Se puso senos y una liposucción que fueron un regalo por su mayoría de edad. Tiene una cirugía en la nariz, más que por vanidad, porque le tocó reconstruirla luego de que un ex se la rompiera. Es visible su aumento de glúteos, aunque esto es algo que ella no lo admite.
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Con 24 años, La Puchy declara que no es de hacer mucho ejercicio, por lo que a pesar de su juventud ya se ha hecho cuatro lipos y no descarta ir por la quinta.
“Siempre he sido de la idea de que si uno quiere lucir bien, si es necesario hacerse unos pequeños retoques, se puede hacer unas cirugías. En la cara no me he hecho nada, en el 2017 me tocó arreglarme la nariz después de un problema con un ex. La verdad, soy más de ir al quirófano que de hacer ejercicios”, confiesa.
En cuanto a sus pompis, por las que tanto halagos recibe en sus redes sociales, asegura que son reales, aunque luego lanza una carcajada que la deja en evidencia.
“Mis pompis son las que más piropos reciben, y la verdad es que sé moverlas muy bien. La vida es una sola y hay que disfrutarla, me gusta mostrarme sensual y si puedo hacerme los retoques que sea, me los hago, no me afecta que me critiquen”.
Vanidosa y coqueta, afirma que le gusta ser el centro de las miradas, pero revela que mostrarse tan sexy también tiene su parte negativa, principalmente cuando de relaciones amorosas se trata.
“Cuando conozco a una persona se supone que le gusto como soy, pero al poco tiempo ya no quiere que me muestre tan sensual. Otro aspecto negativo es que se vuelven locos por mí, al punto de ser tóxicos, y eso sí me da miedo”.
En el último año, tras su escandalosa ruptura con Carlos José Matamoros, a quien acusó de haberla agredido, aunque después lo desmintió, la Puchy ha tenido dos relaciones, una con Sebastián Ramírez, un colombiano deportista, y otra en los Estados Unidos, donde estuvo dos meses y medio, pero ambas terminaron tan rápido como empezaron.
“Queríamos diferentes cosas y cometí el error de subir fotos a las redes, no fue más ¡se le subieron los humos!, ahora ya se cree influencer. Y del gringo, cuando volví a Guayaquil se terminó todo”.
Es debido a sus fallidos amores que sospecha le han hecho brujería. Puchy profesa la religión Yoruba, también conocida como santería, y cree en los hechizos y todas esas cosas.
“No he puesto cuernos, no celo y mi teléfono lo tengo sin clave, pero las relaciones no duran, creo que me han hecho brujería para que no pueda estar con nadie. Eso se me hace raro, porque en cuanto lo hago público, a las pocas semanas se termina”.
Asegura que sus fracasos amorosos no tienen nada que ver con Matamoros, a quien parece no olvidar, algo que desmiente, aunque reconoce que vivieron muchos años juntos y se llegó a crear un lazo muy fuerte. “Ya lo superé, por eso me fui a Estados Unidos, le deseo siempre lo mejor porque yo no soy de guardar rencor. Aprendí a sanar y a perdonar después de todo lo que pasó”.
Ahora, añade que no pide nada especial en un hombre, ni que sea guapo ni que tenga plata, solamente le importa lo que tenga en el corazón, la cabeza, y claro, que la acepte como es.
“La verdad es que ya quiero tener familia, ya jodí mucho, ya me quiero centrar, voy a cumplir 25 años el 6 de abril y aunque amo mi libertad, si este año llega una persona que me valore y me respete, con esa persona me quedo”.
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