El actor José Andrés Caballero llegó a la semifinal del reality de cocina ‘MasterChef Celebrity Ecuador’ y en entrevista con EXTRA revela detalles de la competencia y de las razones por la que lo vincularon sentimentalmente con sus compañeras Luciana Guschmer y Yilda Banchón.

Fue tan maravillosa en tantos aspectos. La oportunidad de conocer y trabajar con ese grupo humano. Éramos 23 personas viviendo en un hotel y esa convivencia fue maravillosa.

Con Anthonny Swagg, con Lula (Luciana Guschmer), Gigi Mieles, Daniel Betancourth.

Sí, la verdadera amistad se forma detrás de la cocina, pero con Anthonny se tiene otro tipo de conversaciones y con Daniel hasta temas astrales (risas).

Yo era fan desde la primera temporada del programa. Siempre decía que cuando se habrá el Celebrity quería estar. No me importaron las pocas horas de ruca y las largas grabaciones.

Me dedicaba, estaba metido en la competencia, pero no me olvidaba de disfrutar, porque a veces, por querer ganar, te olvidas que hay gente maravillosa a tu alrededor. Me daba mis piqueos mientras cocinaba, me tomaba un vinito, un whisky y servía a los chicos.

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No, para nada. He visto los videos de eso, pero no me veo como un galán, quizá con tantas ediciones (risas), pero no. Siento que mi postura no es de galán, en cambio, otros compañeros sí lo tienen.

Los protagonistas acá (en Ecuador) se buscan por lo que se ha estereotipado como bonitos, pero si me toca corresponder a ese personaje lo hago, pero no me niego a explorar al que se salga del molde de galán.

Siento que me falta hacer muchas cosas; sin embargo, reconozco que he tenido la oportunidad y el gustazo de haber trabajado en distintas plataformas, como cine, teatro, televisión, pero aquí el siguiente paso, lo que quiere José Andrés es hacer trabajo afuera. En cuanto a lo escénico estoy tranquilo con lo que hice en mi país, pero me gustaría hacer que mi carrera se internacionalice. En Colombia tenemos todas las plataformas televisivas como: Netflix, HBO y una gran oferta de producciones, porque siendo realistas, en Ecuador la industria está pasando por un momento crítico, esperemos que no muera y que encuentren la fórmula para sobrevivir, revivir o lo que sea, pero mientras, no podemos perder el tiempo.

Ese es un ejemplo no solo para mí, sino para muchos que queremos hacer una carrera afuera (...) Conversamos con Danilo del oficio, coincidimos con personas con las que hemos trabajado. La vaina con Danilo es que no estuvo mucho tiempo en el programa, tenía muchas cosas por hacer y creo que su agenda no dio chance a que nos explayemos en conversaciones.

Es increíble lo que hace la edición y la musicalización. Crearon una novela conmigo, con Lu y con Yilda, pero son cosas que nunca sucedieron y que no me imaginé que iba a suceder. Yo me río, lo comparto con ellas y nos reíamos de los inventos. Creo que esa es la libertad que tiene la gente de expresarse a su manera.

Soy un man que le gusta estar con su familia, amigos. Me gusta estar mucho en casa. Ahora no salgo como cuando tenía 25 años, y no es porque estoy viejo (30), porque estoy enterito. Si voy a farrear nos pegamos la ‘mamá’ de las farras, pero seguramente al siguiente día no voy a querer saber del mundo y me haré uno solo con mi cama. Aprendí a estar solo, considero que cada ser humano se pierde mucho cuando no aprende a estar solo consigo mismo.

Es lo que pasa, lo que me pasa realmente. Cada vez uno se pone a hilar más fino al momento de darle un poder a otra persona, porque cuando uno entra en una relación sede un poder, entrega y energía, no creo que una persona merezca menos de mí y que yo merezca menos de otra persona. La compañía es opcional porque amo estar solo, comer solo, salir a hacer compras solo, voy al cine solo, me gusta viajar solo, camino solo. Vivo solo desde los 21 años y me ha dado el aprendizaje de valorar eso.

Sí, anhelo la etapa de la paternidad, anhelo tener cuatro hijos, definitivamente sí quiero eso, pero no estoy apurado. Disfruto de mi presente.

No, para nada, estoy soltero, enfocado en mí y cada vez amo estar solo.

A mis 30 años es inaudito que no haya sufrido por amor. Claro que sufrí, lloré en mis rupturas, pero la vida te va forjando y vas aprendiendo.

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