Hace cuatro meses, Grace Castro anunció que empezó los trámites de divorcio con el chico reality Simón Mora. Luego de eso, la presentadora dice que fue un nuevo comienzo en su vida, incluso sintió que renació. No reniega de nada, pues fruto de aquella relación nació su hija, quien hace poco cumplió su primer año de vida.

Grace no quiere saber del amor ahora, solo espera crecer profesionalmente. Por eso anhela retomar sus estudios universitarios (Comunicación social) y continuar como presentadora, aunque admite que si la llamaran de un reality iría encantada, pues ella se dio a conocer en uno (Combate).

“No dejaría el programa en el que estoy porque es un balance. Empezar desde cero solo como chica reality sí es un poco difícil porque es como bajar todo lo que he hecho en todo este tiempo”, menciona.

Grace cuenta que separarse del padre de su hija fue una de las etapas más duras que ha podido vivir. Dice que si no fuera por el trabajo, la depresión la hubiera tumbado.

“Es duro el proceso, pero el trabajo me ha completado. Durante el tiempo de duelo (separación) lo encontré, y eso me mantuvo ocupada. Cuando me di cuenta, ya estaba mejor. Ya no estaba en el plan de llorar todo el tiempo”, agrega.

Aunque una parte de ella murió con esa ruptura, trataba de siempre demostrar una sonrisa a sus seguidores.

“Me fui apagando, pero siento que, a pesar de todas las cosas, uno vuelve a nacer. Siento que Grace volvió y que está más recargada. Puedo decir que estoy en la mejor etapa de mi vida”, revela.

Es consiente de que a su vida llegará un hombre que quiera conquistarla, pero por ahora ese no es su plan. Quiere terminar de sanar su corazón y enfocarse en su bebé.

“Lloré todo lo que pude. Un día me sequé las lágrimas y dije ‘hasta hoy’ y puedo decir que estoy en la mejor etapa. Lo del duelo y la separación quedo atrás. Hoy puedo decir que mi corazón está tranquilo”, comenta.

Se describe como una mujer libre y llena de situaciones que han marcado su vida, por eso en su cuerpo ha plasmado tatuajes que representan a las personas más importantes que tiene o simplemente anécdotas.

Tiene un jarro de cerveza en honor a su hermano y las miles de farras que se pegaban los fines de semana. En su brazo izquierdo tiene la hora de nacimiento, fecha y peso de su pequeña bebé. Más abajo tiene un escudo de Barcelona, pero reconoce que se lo hicieron feo, por eso buscará tapárselo en algún momento.