Su futuro laboral está más claro. La actriz Giovanna Andrade cuenta que el asesinato del presentador Efraín Ruales, ocurrido el pasado 27 de enero, aclaró sus dudas con respecto a regresar a vivir al país, llevándola a la conclusión que no es momento, ya que las condiciones laborales y en el país, no han cambiado .

Llegó a Guayaquil, el pasado 8 de enero, desde Bogotá, Colombia (radicada en 2018), en compañía de sus hijos Rosa de 15 años y Lucas de 8. Cuenta que por la pandemia las producciones están paradas, por eso vino a visitar a su familia y aprovechó este tiempo para realizar el programa ‘Vive Eco’ de Instagram, que se transmite todos los viernes, a las 16:00.

¿Por qué Colombia?

La industria audiovisual está más desarrollada que acá. Creo que donde hay trabajo, hay prosperidad y uno la ve más clara. Aquí aún no la veo, me encantaría regresar, echar raíces en mi tierra, amo mi país, incluso me hace falta, pero en esta vida hay que echar para adelante.

¿Qué hizo que decida que no es el momento de regresar?

La muerte de Efraín me hizo reafirmar el no volver; el decir que acá no hago nada. Nunca lo pensé, pero siempre tuve esa ‘espinita’ de ¿será?, incluso tengo una propuesta de conducir un programa acá (Ecuador) pero allá estoy tranquila y siento que tengo posibilidades para ir a tocar timbres y puertas. Colombia es una selva y mi machete es mi talento para abrir camino. Acá siento que ya cumplí mi ciclo.

Ahora todo es bonito, pero ¿cómo fue su proceso para internacionalizarse?

Estuve cuatro años luchando. La novela ‘La ley del corazón’, se supo después cuando ya lo había logrado. Trabajé como hormiguita, viajaba en bus a Colombia (aproximadamente un día), llegaba con mucho dolor y cansancio del largo viaje. No tenía donde quedarme, por eso hacía el casting y regresaba. Nunca lo cantaba porque eso es parte del trabajo.

¿Hubo algún momento en el que quiso ‘tirar la toalla’?

Hubieron unas 20 veces en las que me dijeron que no. Invertía dinero y nada que me salía, pero algo me decía que no era fácil y que continuara.

No se rindió, ¿ese fue su secreto?

Creo que el secreto es haber creído en mi. Muchas compañeros y colegas me decían que mi tren ya se había pasado porque estaba casada y tenía hijos.

¿Renunció a muchas cosas por la internacionalización?

Recuerdo que hubieron muchos obstáculos y estaba conduciendo un programa aquí y le explique a mi jefe que necesitaba salir 20 minutos antes, sin afectar el programa, pero no me dejaba y el vuelo se me iba a pasar. Necesitaba hacer un casting. Ese día renuncié y me fui. Si no lo hacía, no hubiera conseguido actuar en mi primera novela allá.

¿Pero acá también tenía propuestas?

Yo iba a ser santanera en la novela Sharon, pero me parecieron que hubieron cosas que ya no merecía. No eran las mejores condiciones laborales y eso no me hacía bien. Allá en Colombia hay leyes que nos protegen, te dan regalías por las repeticiones, te respetan las 10 horas de trabajo, acá a nadie hacen eso y trabajas mas de 17 horas y no dicen nada.

¿Y pensó en cambiar algo esa situación?

Creo que esa batalla es de Dios (...) Creo que ya no hay que aceptar esas condiciones de trabajo y exigir que respeten los derechos. En Colombia lo respetan, me siento valorada y todo es recíproco. Se cumplen las 10 horas de trabajo y una de comida.

En base a su experiencia, ¿para conseguir un papel en una producción es igual aquí que en Colombia?

Allá debes conseguir un manager y cuando hay una producción, les envían los perfiles de los personajes y ellos se encargan de distribuirlos en la lista de sus contactos. No te llaman porque te vieron actuar en una ocasión o porque trabajaron contigo antes. Les aconsejo a quienes quieren internacionalizarse que conversen con su agente y que compartan los mismos valores y principios.

¿Tienes algún proyecto en mente?

Estoy con mi programa Vive Eco, que nace con el fin de crear conciencia del cuidado del medio ambiente. Es una hora que dedico a invitar a personalidades, activistas, personas que están haciendo un cambio, que conocen del tema y nos brindan soluciones

En la casa ¿Cómo aplica la conciencia ambiental?

En la casa hemos cambiado hasta la alimentación, prefiriendo lo orgánico. El reciclaje empieza por la reducción, separamos vidrio, papel, cartón.Cada tres meses tenemos nuestro compost. Hemos llegado a esa meta de tener zero waste (basura cero) incluso en la ropa, hay muchos lugares de ropa de segunda mano muy buena. Hay que cambiar ese chip