A Franklin Espinosa, mejor conocido en las redes sociales como Rulimán, le gusta ‘ver arder’ a las mujeres celosas y posesivas. Es así de ‘rayador’.

El influencer, de 34 años, tiene un toque pintoresco para hablar de situaciones controversiales como la infidelidad, los amores prohibidos y los encuentros casuales. Incluso se ha hecho famoso por hablar de lo ‘cotidiano’ que se vive dentro de un cabaré.

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Y, por eso, hasta le han buscado de algunos ‘chongos’ para que pose con alguna ‘cariñosa’ y les ayude a levantar más seguidores para sus páginas web.

Pero Rulimán no es traicionero, según dice. Afirma que su pareja lo acompaña a grabar los videos, incluso, en los que sale junto con una sexoservidora. Añade que ella no es celosa y que él es ‘medio mandarina’. Hace poco publicó un video en el que aparece de rodillas pidiéndole matrimonio a su pareja y ya cuenta con más de 20 mil reproducciones.

Uno que tiene más de 3 millones de vistas también lo grabó con su futura esposa, mientras asaban presas de pollo afuera de su casa.

Franklin es oriundo de Cayambe, pero ha vivido más de 30 años en Pifo, al suroriente de la capital. Desde dicha localidad rural graba la mayoría de contenido. En la avenida, en los parques y hasta en los campos de choclos de sus vecinos.

Tiene aproximadamente 300 mil seguidores en TikTok y asegura que piensa mudarse a Facebook porque, según él, en esa plataforma “se puede cobrar más platita”.

Una alternativa

Rulimán es auditor de profesión y nunca creyó que iba a generar ingresos con un pasatiempo que nació durante la pandemia de la covid-19.

Pretende elevar la calidad del contenido para ganar más seguidores y recibir ofertas.

Mientras eso, Franklin asegura que debe lidiar con la fama. Hay lugares en los que no puede ni ir a comprar pan porque hay algún fan que le pide una foto.

Valeria Granda es una de sus fanáticas y se divierte a diario con sus ocurrencias. La universitaria se siente identificada con algunos videos, pero reconoce que hay otros “un poco machistas. Mientras se quede como chiste está bien”.