Los participantes de realities están expuestos a desafíos psicológicos y esta exhibición mediática puede desatar episodios de salud mental. Y más, cuando los competidores pasan semanas encerrados en una casa, ‘vigilados’ por cámaras.

“Loca”, “ve a terapia”, “necesito ayuda”, son algunas palabras o frases que se han lanzado los participantes de ‘Desafío a la fama’, lo que dejaría entrever que más de uno afronta problemas emocionales.

De todos se conoce que la modelo Emma Guerrero sufrió de depresión. También que la actriz Mare Cevallos, a los 19 años, padeció desorden alimenticio y posteriormente ansiedad generalizada, que ha derivado en un déficit de atención e hiperactividad.

EXTRA consultó a profesionales en psicología sobre la importancia de la salud mental de los participantes en shows de telerrealidad.  

"El formato del programa ha sido ya realizado en otras partes del mundo y los realities de grabación 24/7 han sido de muchas temáticas como canto cocina y ahora de personas que se dedican a generar contenido a redes sociales. Generar contenido,  muchas veces, implica que tú mismo tengas que grabar tu vida 24/7 y tú decides que muestras y cómo lo muestras. Considero que la audiencia tiene que aprender a distinguir entre la personalidad de cada uno de los integrantes y el papel que ellos o la producción les ha pedido que desempeñen (....)  Por eso es importante que este programa que lo vean en familia por medio de alguna plataforma o por el canal tradicional y que luego dialoguen sobre los aspectos positivos que pueden adquirir y los negativos que no son convenientes. Al programa no hay que satanizarlo sino verlo como una opción ideal para que las familias dialoguen", dijo Osorno. 

Explico que desconoce el caso de cada uno de los chicos, pues ninguno es su paciente, no tiene información para poder dar un criterio, ni la autorización para poderlo hacer. 

"Si una persona fue evaluada diagnosticada y tratada el profesional de Salud Mental hace el respectivo acompañamiento o sea vas a vivir tal circunstancia tienes que realizar esto esto y esto y evitar esto esto y esto", añadió.

"Puede tener un impacto significativo en la salud psicológica de una persona. La situación se asemeja a un escenario de aislamiento social y vigilancia constante, lo cual puede desencadenar una serie de efectos negativos en el bienestar mental como el estrés y ansiedad por el constante escrutinio y la falta de privacidad , ya que la persona se siente observada y evaluada en todo momento", dijo el experto. 

También explicó que la sensación de estar siendo observado constantemente puede crear paranoia y una sensación de invasión de la privacidad, lo que puede aumentar la ansiedad y el malestar. Así mismo el aislamiento social prolongado  y la interacción con otras personas puede llevar a la soledad, la depresión y la sensación de estar desconectado del mundo exterior.

"La falta de control sobre la propia vida y las decisiones cotidianas, como la comida, el sueño y la interacción social, puede dar lugar a una sensación de impotencia y pérdida de autonomía, la falta de estímulos externos y la constante exposición a la misma rutina pueden alterar la percepción de la realidad y la noción del tiempo, lo que puede afectar la salud mental, la convivencia continua y la falta de espacio personal pueden dar lugar a conflictos y tensiones en las relaciones con otras personas que comparten el mismo espacio. por ultimo La exposición constante a la cámara y la necesidad de mantener una imagen o actitud pueden llevar a un agotamiento emocional y a la sensación de estar 'actuando' en lugar de ser uno mismo", finalizó. 

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