Luces carmesí, humo y un tubo en el centro de la pista. Camila Bichler lo acaricia con sus manos. Da vueltas en él. Pero esta bailarina no es una acróbata del pole dance, sino una ‘diosa’ del ashé que -17 años después de la fiebre de Ta’ Dominado en Ecuador- reaparece en un night club quiteño para arrancar suspiros.

En la tarima, Camilita -como la llamaban cuando brillaba en los programas de televisión nacional- desempolva sus movimientos de cadera y ese trotecito tan clásico de baile carioca. Desde las butacas, los hombres la miran desconcertados.

Parece que el tiempo se hubiera congelado y mantuviera intacta a la brasileña, de 39 años. Misma contextura. Cabello negro y lacio que roza sus hombros. Pasos firmes. Pero, sobre todo, una sonrisa que enamoró a los colegiales de los 2000.

Continúa seduciéndolos. Envuelta en un enterizo negro con rojo, revive las coreografías del grupo. Hombres boquiabiertos la rodean, al igual que sexoservidoras, quienes la ven desconfiadas y susurran. Quizá piensan que ellas podrían hacerlo mejor. O no. Solo la admiran.

En ese club para caballeros, situado en Carcelén, no son Danilo Vitanis, Junior Monteiro, Jefferson Soares y Leandro Matheus -los exintegrantes de Ta’ Dominado- quienes la acompañan, sino Aline Araujo, exbailarina del grupo ashé (movimiento musical muy popular, surgido en el estado de Bahía, Brasil) Teen Brasil.

Las llaman Las poderosas y no solo por sus pasos de baile. Ambas derrotaron a la depresión y se convirtieron en mujeres fuertes y empoderadas que sin tabús bailan en el chongo.

“Antes de ser lo que hoy es, Anitta (intérprete de ‘Envolver’, la canción que puso mover la cola al mundo entero) se presentaba en las favelas sobre cajas de cerveza. Un artista baila donde sea”, dice Camila.

Estaba en Brasil cuando la llamaron para proponerle la gira por Ecuador en chongos, antes no lo había hecho. Además, bailaría en la Feria de Cultura Erótica, en Quito.

La duda le duró apenas unos segundos hasta decidir que esos espectáculos serían la oportunidad perfecta para volver a la tierra a la que se siente tan ligada. “Dios me envió una hija ecuatoriana para que yo me sintiera como en casa”, explica.

Luna nació en Guayaquil y su lucha contra el cáncer fue una de las pruebas más difíciles que ha superado Camila.

A jugar

Las brasileñas se sacuden sobre la pista -en la que minutos antes dos chicas del club se quitaron la ropa al ritmo de la canción ‘Desnuda’, de Ricardo Arjona-. En ese momento, a ningún hombre se le antoja un trago. Aguardan en las mesas. Mantienen la “esperanza” de que Camilita o Aline se destapen. Y no pasa.

Pero llega la hora de jugar. Y las bailarinas invitan a un caballero del público hasta el escenario.

“¿Quién seduce mejor?”, cuestiona la estrella de Ta’ Dominado. Antes de empezar, deja las reglas claras: “No se puede tocar”. Y entonces baila frente a un chico. Luego lo hace Aline. Finalmente, una sexoservidora le toma la posta.

Cuando es el turno de él, no se cohíbe al tener al frente a Camilita y la baila sin reparos. Ella evita cualquier contacto y el show sigue...

El baile la salvó

Tras su separación con Elcio Júnior, padre de su segundo hijo, Camilita quedó destrozada. Reconoce que la tristeza se apoderó de sus días y no podía parar de llorar.

“El baile me curó de la depresión, curó mi alma, curó mis dolores”, afirma. Y cuando sufrió de sobrepeso, la danza fue la que le devolvió esa envidiable figura que aplaude el público. “Tenía 19 kilos de más. No entraba en mis jeans, en los topcitos, en los shorts que tanto me gustan. Estaba llena de celulitis y eso afectó mi autoestima”.

En ese instante entendió que tenía dos opciones: seguir llorando por lo que había perdido y volver a ser la mujer de antes.

Optó por la segunda. Su rutina empezaba antes de las 04:30. Bailaba y hacía ejercicios con cosas de casa. “Con sillas, con baldes llenos de productos de limpieza... Quiero demostrar que el no tener tiempo ni plata son excusas para quedarse sin hacer nada por uno mismo”, dice.

Hoy, esa convicción es la que la tiene sobre la pista. Cuando han pasado 30 minutos, Camilita, quien asegura que bailará hasta que las rodillas le aguanten, termina su show. Se despide. Lanza besos a esos hombres que se quedaron con ganas de ver más. Quién sabe si algún día volverá. Pero este debut en el night club no lo olvidarán.

La acompañó en la pista

Aline Araujo enfrentó una dura prueba al separarse del padre de su hija. Hoy, la nena cumplirá 14 años y la bailarina siente que ha superado la depresión que le dejó la ruptura amorosa.

Luego de siete meses de vivir en Guayaquil, la artista estaba feliz de retornar a casa y, sobre todo, volver a ‘apapachar’ a su pequeña.

“La extraño tanto. Voy a ir a la casa y meterme en su cama para hacerla despertar”, explica.

Durante su estadía en Ecuador, Aline no estuvo dedicada al baile, fueron la belleza y la estética dos actividades que atrajeron a la brasileña, quien es experta en diseño de cejas.

“Trabajé en un spa y en una clínica estética”, cuenta. Sin embargo, siente que el arte siempre la llama. Así que cuando recibió la invitación de Camila para sumarse al show, estuvo dispuesta.

Además de la danza, ella es experta en los deportes. El muay thai le encanta y, aunque ha tenido ganas de competir, teme que le lesionen las manos, que son su herramienta de trabajo o que le golpeen una de sus ‘chichis’ de silicona.

Juntos

Camilita siempre esperó el reencuentro de Ta’ Dominado, pero fue idea de Jefferson Soares el reunirse.

Pandemia

Tienen un grupo de WhatsApp y hablan constantemente. Por la pandemia, dos shows del reencuentro se cancelaron.

Actividades

Danilo es influencer y actor, Jefferson y Leandro son instructores de zumba, y Junior tiene un restaurante de comida mexicana en Brasil.

Relación

Mantiene una buena relación con Junior, quien es padre de Luna. “Es el mejor del mundo, un papá celoso y amoroso”.

Cupido

Camila está soltera, pero no le cierra las puertas al amor, incluso no descarta la posibilidad de volver con Monteiro “si Dios vuelve a encender la chispa del amor”. Por el momento, él tiene pareja.

Empresaria

La bailarina actualmente se dedica a los negocios. Tiene una línea de cuidado personal, que está en 7 países. Trabaja desde casa.

Respeto

A la bailarina le encantó la experiencia y confirmó que los chicos fueron muy respetuosos. No hubo ‘manilargos’.