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Farándula
Los cantantes ecuatorianos que dejaron la fama por seguir a Dios
Dejaron el perreo para dar paso a líricas con un mensaje social o de evangelización. El caso internacional reciente es el de Daddy Yankee
Dios no existe. Somos nosotros y los demás son un anexo. Eso es lo que pensaban Richie Ray y Bobby Cruz, dos de los más grandes salseros del mundo, que creían que ya lo habían logrado todo. La música los había catapultado al éxito y ellos sentían que habían tocado el cielo, aunque quizá estaban mucho más cerca del infierno.
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La historia de ambos salseros en su conversión a Cristo y la música cristiana tiene un parecido al giro que acaba de anunciar el reguetonero Daddy Yankee, quien luego de 25 años de puro perreo se despidió de las canciones llenas de sexo y locura. Ahora cantará música cristiana.
“Por mucho tiempo intenté llenar un vacío en mi vida que nadie pudo llenar. En ocasiones aparentaba estar bien, feliz, pero faltaba algo para hacerme completo. Y les tengo que confesar que esos días terminaron (...) Por eso, esta noche reconozco y no me avergüenzo en decirle al mundo entero que Jesús vive en mí y que yo viviré y cantaré para Él”, confesó Raymond Ayala, nombre de pila del artista de 46 años.
Esa decisión que tomó Daddy no fue de la noche a la mañana. El cantante ecuatoriano Gerardo Mejía se enteró del cambio que se venía en el intérprete de ‘La gasolina’ hace aproximadamente cinco años, en el backstage (tras bastidores) de un concierto en Miami, Estados Unidos.
“Su decisión me parece increíble. Un amigo mío me dijo que Daddy Yankee quería saludarme y entré a su camerino. Conversamos y me agarró diciéndome que vio mi testimonio de vida y que le pareció fuerte. Le agradecí y hablamos de Dios”, narra Mejía.
En la charla, el puertorriqueño le reveló que su hermano era pastor y que oraba mucho por él, por eso sentía que su cambio estaba cerca.
“Le tomó cinco años, pero a veces ese es el proceso de muchas personas. Uno no puede decir eso de la noche a la mañana, el aceptar al Señor es en el momento preciso, después de que trabajó en tu corazón y ya no puedes rechazarlo. Cuando somos artistas tenemos la excusa de decirle al Señor que tenemos muchas cosas por hacer, un contrato que cumplir con alguna disquera o que aún nos falta hacer música. Cuando Daddy lo anunció, me regocijé”, sentencia Gerardo.
- La historia de Richie Ray & Bobby Cruz
La historia de Daddy Yankee tiene algo de parecido a lo que 49 años atrás vivieron los salseros Richie Ray y Bobby Cruz, aunque en este caso ninguno de los dos creía en Dios.
Richie, pianista, y Bobby, cantante, se unieron en 1963 y ya al entrar a los 70 la fama era su amiga. Igual que el LSD, la marihuana, la cocaína, lo cual “era parte de todo el revulú junto con el dinero, las muchachas...”, han contado una y otra vez los artistas.
Pero todo cambió un día en 1974 cuando, cuenta Bobby Cruz, recibió una llamada ‘urgente’ de su amigo y fue a su casa. Al llegar, Richie le dijo: “El señor me habló anoche”. Él se lo quedó mirando y le preguntó: “¿Y cuánto van a pagar?”, pues pensaba que era por un contrato millonario que lo había llamado algún señor.
“¿Cuánto va a pagar quién?”, respondió su amigo.
“El señor que te llamó anoche”, le replicó Cruz.
“Nadie me llamó anoche”.
“Richie, ¿tú eres loco?, ¿tú estás drogado?”, le dijo Cruz algo incrédulo.
“No, el Señor me habló. Dios me habló anoche”, le dijo muy serio Richie Ray.
En ese mismo año ‘74, ellos habían ganado una maratón de 12 horas contra 24 bandas en el Coliseo Roberto Clemente, de Puerto Rico. Pero Richie sentía que algo le faltaba a su vida. Y para completarla consumía marihuana. Y esa misma noche escuchó una voz que le susurró al oído: “Yo soy todo lo que tú necesitas”.
A partir de entonces su vida cambió. Dios había tocado al pianista y este intentó en algunas ocasiones convencer a su amigo, hasta que Cruz le dijo un día: “Bueno, elige: Dios o yo”. La respuesta hizo que ambos se separaran: “Entonces me quedo con Dios”.
Bobby Cruz consiguió un nuevo pianista, pero meses después tuvo que pedirle a Richie que regresara. Empezó a hablarle de Cristo y él le dijo: “Si tú crees en Dios, yo te lo aplaudo, pero déjame tranquilo”.
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Sin embargo, su amigo le replicó: “Mira, vamos a hacer algo. Tú te vas a arrodillar en tu casa solo y le vas a pedir a Cristo que venga a tu corazón. Y si Cristo no hace nada, yo me voy contigo a tomar licor y a alzar drogas. Pero si Cristo hace algo, tú te vienes conmigo y predicas a Cristo”.
El resto de la historia el mundo salsero lo sabe: ambos hoy cantan a Cristo. Con salsa, con sabor, con alegría, pero ya sin drogas, sin alcohol, sin promiscuidad.
- Katty Elisa
Hace veinte años, por un llamado divino, decidió alejarse de la fama y guardar los shorts, blusas escotadas y las plataformas, que cambió por ropa más cómoda para predicar la palabra de Dios. Con varias pruebas de fuego que tuvo que pasar, entre ellas el haber sobrevivido a una trombosis, Katty manifiesta la felicidad que siente al ver que Daddy Yankee también se decidió seguir a Dios.
“Que ahora le vaya a dedicar su talento y dinero a servirle y me parece maravilloso. Al final de cuentas es una hermosa decisión. En mi caso, yo tuve un encuentro personal con Dios porque escuché su voz, justamente cuando estábamos (con las Kandela) promocionando el tema ‘Murcielaguito’”
Su cambio se dio en un escenario, cuando le pidieron la canción antes mencionada. Ella comenzó a temblar y no entendía lo que le pasaba, pero no podía cantarla.
“Me comenzaron a lanzar peluches y luego a corear mi nombre. Yo me bajé del escenario, le entregué el micrófono a Maggi Flores y me fui a la habitación. Mientras me bañaba, seguía llorando”, relata.
Ella, quien ahora es pastora evangélica, asegura que nadie le habló sobre Dios, pero que sí le impactó un versículo que leyó (“¿De qué sirve ganar el mundo entero si se pierde la vida?”, de Mateo 16:26).
Katty reconoce que en ese entonces tenía al ‘mundo en sus manos’, pero se sentía ‘seca’, sin una verdadera motivación. Con la guía de la Biblia, comprendió lo que debía hacer. Desde entonces le canta al amor y desamor en la agrupación Las Damas de Oro, se dedica a la ayuda social y a componer canciones cristianas.
- Gerardo Mejía
Un artista que conocía perfectamente la fama y ser el cantante del momento es el ecuatoriano Gerardo Mejía. Sus temas ‘Rico y suave’, ‘Michu michu’ y ‘Sueña’ lo catapultaron a lo alto de la industria musical. Sin embargo, también lo llevaron a tener una vida de excesos.
“Yo ya había probado lo bueno que es el Señor. Me alejé por la fama, las mujeres, por tratar de mantenerme como el bacán. Así estuve muchos años, hasta el 2002, cuando decidí nunca más regresar al pasado. Mis ‘caídas’ siempre fueron por las mujeres. Yo no tomaba, mucho menos drogas. Cuando digo que tenía una adicción era a las mujeres y al sexo”, revela.
Gerardo dice que pese a ser cantante y tener reconocimiento, sintió que Dios le pedía abandonar eso. Entonces llegó a su casa, le contó a su esposa todo lo que había hecho y todas las infidelidades cometidas, porque sabía que el Señor restauraría su hogar. Y así fue. Actualmente es el hombre más feliz.
“A los artistas que no se atreven a seguir a Dios por el miedo del qué dirán, les digo que ‘salgan del clóset’. Dios nos manda a ser discípulos. Vayan a reforzarse con la Biblia. A los artistas nos encanta leer, ver, descubrir”, aconseja Gerardo, el primer artista que tiene dos certificaciones en oro por la Recording Industry Association of America, por su álbum ‘Mo´ Ritmo’ y el sencillo ‘Rico Suave’.
Por otra parte, explica que continúa cantando porque siente que su forma de ‘pescar’ hombres o personas indecisas es poniendo como carnada su pasado.
“Si les hablo de mi pasado, encontrarán lo nuevo que Dios hace en mí. Mis canciones anteriores son mi carnada, mi anzuelo. Cuando termino de cantar ‘Sueña’ me pongo a orar por el público y los invito a la iglesia (...) Yo sé dónde entrar y dónde no, en dónde puedo estar flojo en mi camino. Me siento relajado en un escenario donde puedo cantar la palabra del Señor y dar mi testimonio”, finaliza.
- Paulina Aguirre
Paulina es una artista que ha puesto el nombre de Ecuador en alto y en 2009 su disco ‘Esperando tu voz’ alcanzó el Grammy Latino en la categoría mejor álbum de música cristiana.
A ella no le sorprendió la noticia de Daddy, pues recuerda que “estaba nominada en unos premios en Puerto Rico (2014), lo vi y le dije: ‘Dios te bendiga’. Me miró y se notó que fue el momento más bonito que tuvo de la noche”.
En su caso, dice, su caminar por la religión se dio cuando tenía 12 años, en Ecuador. Un predicador sembró la semilla de evangelista en ella. Sin embargo, no fue hasta cuando se mudó a Los Ángeles (2000) que comenzó su cambio.
“Fue en un tiempo difícil. Yo creo que muchas personas nos acercamos en ese momento, cuando estamos pasando por cosas no tan agradables (...) Hice música cristiana, pero ahora las hago con un mensaje social, porque creo que Cristo era el más revolucionario de la historia, comía con prostitutas, tomaba vino, estaba cerca de la comunidad”.
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