Un arriesgado movimiento en el tubo convirtió a Karla en la ganadora de un certamen de pole dance, en Quito.

El público por poco se infarta cuando la joven, nacida en Santo Domingo, separó sus manos de la barra y se precipitó desde los 5 metros de altura que coronaba.

Una ‘luca’ fue el premio que se llevó el pasado fin de semana. El concurso se realizó en un night club del norte de la capital.

Belén Alvarado (La Roja), Jasú Montero y Nancy Villamil formaron parte del jurado. Siete chicas estuvieron sobre el escenario, pero la decisión fue unánime. La coreografía de Karla y cómo manejó al público sellaron su suerte.

“Quiero hacer tantas cosas con el dinero, sobre todo reunir para un terreno”, dijo la ‘maestra’ del tubo, quien lleva tres años trabajando en ese centro nocturno. Allí retomó la práctica del pole dance, una disciplina que aprendió en 2017. Le encanta, pero es más difícil de lo que ella pensaba.

Nancy Villamil, instructora de esa disciplina, explica que el movimiento que llevó a Karla a la victoria tarda tres años en perfeccionarse. “Encontré mucho talento en el night club. Hay que recordar que el pole tiene muchas ramas. La exótica, que es más sensual, y también la fit”, describió.

Para Villamil, de a poco la gente se está abriendo en la práctica de este arte. Hace poco estuvo en una convención de pole dance en Estados Unidos y siente que los prejuicios van quedando atrás.

La Roja comparte esa idea. En cuanto supo del certamen, armó maletas y viajó a Quito. “Yo practiqué pole dance hace ocho años en la academia de Andrea Bucaram. Aprendí lo básico. No soy experta, pero una base sí tengo”, contó.

Las concursantes

No todas las participantes del certamen eran trabajadoras sexuales. Marjorie Ávila, por ejemplo, dirige una academia de este baile y se animó a participar a último momento. “Consulté con mis alumnas para saber si ellas lo veían mal, pero todas me apoyaron... Me dijeron: tú solo vas a bailar, no a desnudarte”.

Su coreografía alcanzó el tercer puesto. Aseguró que en el cabaré se sintió segura y respetada. “Hubo muchos aplausos, ni una grosería ni vulgaridades. Yo me quedé sorprendida”. 

DATO

El jurado calificó el vestuario, la coreografía y temas técnicos como las líneas que las piernas y brazos deben formar al bailar.