"¡Nañita linda, gané!”, expresó el presentador de noticias de TC, Mauricio ‘Caterva’ Ayora, cuando recibió al equipo de EXTRA. Aún nadie le había dicho que ya podía ostentar el título de ‘El papacito más papacito’, concurso que realizó este Diario en las redes sociales, pero él ya lo sabía.

La competencia fue “durísima”, por eso no se hizo ilusiones. Sin embargo, compartía las publicaciones en las que él aparecía con sus amigos, a través de WhatsApp. Estos lo felicitaban y hasta lo daban por ganador. Así fue.

Agradeció la acogida del público que votó por él y reconoció que sus contrincantes -Ronald Farina, José Urrutia y Logan Mois- tienen muchos seguidores, “pero yo tengo ese ‘pegue’ con el pueblo, así como EXTRA. Llegamos a donde muchos no pueden”, exclamó. Y no se equivoca.

Para la sesión de fotos, ya como el papi campeón, se puso sus dos mejores guayaberas, azul y roja, colores que le van de maravilla. ¡Quiere verse regio! Además, se colocó unas medias amarillas (sus favoritas) y con sus zapatos de suela negros relucientes. Enseguida soltó que ya estaba ‘encachinadito’ para iniciar la entrevista...

De su vida familiar y personal se sabe muy poco...

Les cuento que tengo tres hijos, pero siempre los mantengo alejados de la exposición de los medios de comunicación. Ellos viven con su mamá, de quien me separé hace varios años. Siempre estoy pendiente de ellos. Por el Día del Padre nos veremos en un almuercito, esa es la idea hasta ahora.

Nos enteramos de que le envió a sus amigos y colegas la noticia de que estaba concursando.

Pero solo a través de WhatsApp, yo solo manejo esa red social y Twitter. Yo creo que no gané por eso, sino por el estilo popular del Diario (...) Es con lo que se identifica el pueblo, es lo que lee y le gusta. ¡Perdónenme!

¿Y usted sí es un papacito?

Un ‘papi, papi, papi chulo’. Pero sinceramente me tomó por sorpresa porque soy más feo, una carátula mal dibujada. También se vio el efecto de la reacción de la gente, de lo popular. Se sintonizaron con mi forma de ser y de llegar al corazón del resto.

¿Quizá fueron esas llamativas guayaberas que lo identifican?

(Risas). Aprendí de mis padres y abuelos a andar bien bonito. Si era un jean, pues bien puesto, así sea desteñido. Una camiseta floreada, anaranjada, verde, de cualquier color, pero bien chévere. Aunque sean los zapatos de lona de 7 vidas, pero bien limpiecitos. La proyección siempre importa. Puedo ir con guayabera, pero si me comporto bien y saludo, causo una buena impresión.

¿Cuántas guayaberas tiene?

Tengo unas 40, las llevo al trabajo o en compromisos, como velorios. Cuando salgo con la familia prefiero camisetas o chaquetas, jeans y gorras.

Para usted, ¿cómo es un verdadero papá guayaco?

El que debe hacer un esfuerzo porque a sus hijos no les falte lo principal, un bocadito, los zapatitos, los estudios. Cualquier trabajo o ‘cachuelito’ que agarre, todo a la casa. Si quieres tomarte una ‘pescuezuda’ (cerveza), está bien, pero no siempre porque hay gastos. Sacar a los hijos al parque por un heladito, cosas sencillas. Cuando hay que ser duros, pues ‘tas, tas’ en la colita y ya.

¿Y un papacito?

Un papi chulo tiene que tener ‘pinta’ (presentación) y depende también de lo que tengas en el ‘mate’ (cabeza), en esa la materia gris. Aunque a veces depende del gusto, porque hay quienes prefieren al man en chancletas, todo ‘batracio’. Pero la mujer busca alguien que le brinde seguridad, que la lleve a un paseo bien chévere.

¿Las llevaba a lugares chéveres?

Claro... la llevaba por un sushi, un vinito espumoso, le abría la silla, la sacaba a dar una vuelta, íbamos al cine, aunque ni veíamos la película, pero todo depende de las características de la chica y a los lugares a donde le gusta ir. La conquista es entregarse, donarse, invertir tiempo y dinero.

¿Y si es del pueblo?

Un cevichito a la orilla del mar. Ahora hay una banda de ‘tráculas’ (batracios) que del Malecón del Salado no pasan. ¡Déjate de notas!

¿Era de los que piropeaba?

No fui de muchos piropos, pero sería así: ‘Tanto deseo tengo de un beso, como de la hermosa del rocío, mi amor, regálame uno solo’. El ‘papi chulo’ no empieza ni termina en una determinada época. El ‘papi chulo’ sigue así tenga 70 años. Dedicarle palabras lindas a su mujer así tengas muchos años.

Díganos más de cómo es un verdadero ‘papacito’ en el amor...

Es sensual, en cada parte de su cuerpo posee fibras que estallan de pasión. Su cuerpo es como una antorcha que es capaz de incendiar todo. Un papi, papi chulo, sabe amar y se deja amar.

¿Por qué le teme a las redes sociales?

Siempre hay que tener cuidado con las redes sociales. Se ven casos en el mundo entero. Hay que tenerles respeto, a las agrupaciones que hay en ella, a la gente que se comunica por estos medios. No soy de redes, las manejan otras personas que son amigas mías y de total confianza. Yo no manejo el contenido directamente.

Usted era del sur de Guayaquil...

Viví en las calles 10 de Agosto y Pío Montúfar hasta los 10 años. Después me mudé a la ciudadela Villamil, sur de Guayaquil, hasta que me casé. Era una las primeras ciudadelas. Todo era puro monte y botado. Fui de los niños que armaba casitas de madera y con los otros chicos reuníamos para comprar galletas, cola y atún, para compartir.

Cómo debe ser un caballero, según Caterva:

-Vestirse bien, el gusto entra por los ojos.

-Hacer sentir protegida a la pareja.

-No ser batracio.

-Invertir para conquistar a la dama.

-No querer nada a vaca.

-Pagar las planillas de los servicios básicos.

-Llenar la refri.

SU ORIGEN

Hace 15 años dijo la famosa frase: “Caterva de bergantes”, en una emisión de Canal Uno. Todos sus compañeros dijeron que había insultado, pero él explicó que caterva significaba conjunto de personas con poca valía y bergante, pícaro, sinvergüenza. Desde entonces lo llamaron así.

MÁS DE ÉL

Mauricio Ayora tiene una colección de 40 guayaberas. Huye de las redes sociales y a sus hijos prefiere mantenerlos lejos de los medios de comunicación.

Se levanta a las 03:00 a leer noticias y revisar portales de medios de comunicación nacional e internacional.

Dice que la gente no importa por la cantidad de dinero que tiene en sus bolsillos, sino por el amor que le da al resto.

Para su jubilación emprenderá un descanso, en una hamaca, a la orilla del mar, con un buen libro y quizá alguna copita en la mano.