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La asambleísta por tungurahua, Ana Galarza, cumplió el sueño de su infancia: ser la soberana de ambato.Karina Defas

Asambleísta Ana Galarza: "Ser reina no es decorativo"

Dejó por un momento sus funciones legislativas para mostrar su lado íntimo. Su profesión de psicóloga le ayuda a entender decisiones de sus colegas

Ana Mercedes Galarza es amante de Ambato, aunque sus actividades legislativas le obliguen a estar en la capital. Con 34 años y madre de dos niños, se graduó de abogada y de psicóloga. Camina apurada entre entrevistas, sesiones del Pleno y comisiones, pero eso sí, con el peinado y maquillaje intactos. Fue reina de Ambato y candidata a Miss Ecuador, pero se decantó por las labores de asambleísta. La abogada y psicóloga le cuenta a EXTRA las ‘plenas’.

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Usted fue reina de Ambato, ¿cómo terminó siendo asambleísta?

Yo nunca me imaginé estar en el espacio político, pero las cosas así se dieron. Pero ya me iba perfilando. Yo fui parte del consejo estudiantil del colegio. Después tuve la oportunidad de haber sido electa como reina de Ambato, ahí hice mucha labor social, me enfoqué principalmente en temas educativos.

¿Cómo fue su acercamiento con la gente?

Gracias a mi abuelita Mercedes Lalama. Ella fue profesora durante muchos años de la escuela Humberto Albornoz, que es una escuela fiscal, y ella tenía muchos alumnos que acompañaban a sus madres a trabajar en los mercados y que llevaban sus tareas, no en óptimas condiciones. Una vez que terminé el reinado de Ambato seguí haciendo labor social.

¿De niña usted quería ser reina?

Claro, porque los desfiles son tan lindos, y cuando yo era niña, llegaba la reina y te abrazaba, y te daba una fundita de caramelos, y para mí era lo máximo. Cuando nos llevaban, o cuando venía la reina a nuestra escuela, era un momento especial. Entonces, yo quería, era un sueño de mi infancia, sí. Y mi abuelito materno siempre me decía: “Usted va a ser reina de Ambato”, yo me creí.

¿Qué es más difícil el mundo de la belleza o la Asamblea?

O sea, no es más que peor o mejor, es diferente. Bueno, primero en Ambato la reina es una autoridad más, todas tienen una gran formación académica y es un trabajo muy en serio el tema de la labor social y si nos ponemos a pensar por qué las reinas tienen gran respaldo es por eso, porque no es la reinita con la cintita que acompaña a un lado, no, es un trabajo de todo un año sumamente activo.

Entonces el cambio no es tan distante...

No. Por ejemplo, actualmente de los cuatro asambleístas de la provincia de Tungurahua dos somos reinas de Ambato, la vicepresidenta del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social fue reina de Ambato, la viceprefecta de la provincia de Tungurahua fue reina de Ambato. Se toman en serio el trabajo. No es en absoluto un tema decorativo.

¿Y ahora siendo asambleísta?

Yo sigo haciendo labor social, como persona, no es tanto como un tema de asambleísta, sino como persona que sigo haciendo autogestión. No es que comencé a hacer labor social cuando fui reina de Ambato, esto es un tema que nuestra familia nos inculcó desde que éramos niños. Nosotros venimos de una familia cristiana.

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Fue Reina de Ambato en 2007 y también participó en el Miss Ecuador 2010.ARCHIVO EXTRA

¿Cuál es su mayor cualidad?

Haber sabido adaptarme, saber la solución y avanzar.

¿Recuerda cuál fue el primer libro que leyó?

Primero me leyó mi mamá ‘La Vuelta al Mundo en 80 días’, de Julio Verne, cuando me dio varicela en la escuela. Luego, ella me prestó un libro que se había ganado cuando había sido niña en su escuela por sus excelentes calificaciones, se llamaba ‘Corazón’. Todo el tiempo estoy leyendo, solo que va cambiando los intereses de los temas de lectura.

¿Y qué género le gusta más?

Me gusta mucho leer los libros del Pájaro Febres-Cordero. El último que me leí hace dos meses de él se llama ‘La Mariscal’.

Usted es una ambateña viviendo en Quito ¿Qué le gusta de esta ciudad?

Me encanta, pero tengo que ser clara, lo que yo más amo del Ecuador es mi Ambato porque me ha dado los momentos más felices de mi vida. Pude hacer realidad un sueño de mi infancia: ser reina y en Ambato conocí al amor de mi vida.

Pero, ¿algún sitio preferido?

Me gusta mucho el Centro Histórico porque también me gusta leer muchos libros de historia. Me gusta mucho la Antropología Cultural y Filosófica. Fue una de las materias que más disfruté en la universidad porque teníamos esa materia para ver las muchas formas de ser de las personas.

¿Ha aplicado en la Asamblea Nacional sus conocimientos de psicología?

Me ayuda a tener más paciencia.

¿Qué se puede aplicar de psicología en la Asamblea?

Mucho. Nos permite analizar los comportamientos humanos y probablemente entender hacia dónde van las decisiones que están tomando. Hay decisiones que son difíciles de comprender. Con eso nos ayuda un poco adelantarnos a cuál podría ser el escenario. Y buscar prevenir, si es que es un escenario negativo para el país.

¿Ya tiene diferenciadas las personalidades de los colegas?

En realidad, no les paso analizando. Procuro no estar todo el tiempo analizando a las personas. En el diario vivir busco que las cosas fluyan.

En 2018 protestó en contra una sanción que le impuso el Consejo de Administración Legislativa.ARCHIVO EXTRA

¿Usted ha reforzado su seguridad?

Sí, tomo todas las medidas necesarias, el país no es el que era antes. Antes te arranchaban el teléfono, ahora matan por robarte. Mi candidato a la presidencia era Fernando Villavicencio, eso es una herida que sigue abierta. Era mi amigo personal, era muy especial conmigo, siempre me defendió, siempre me apoyó, siempre creyó en mí. Él tenía guardaespaldas y aún así lo mataron.

¿Cuál cree que ha sido su mayor error?

Confiar en personas que no se merecían mi confianza.

¿Y el mayor recuerdo o el mejor recuerdo que tenga de Fernando Villavicencio?

Me dijo: “Te mereces lo mejor, mereces reivindicarte porque no fue justo lo que te hicieron”. Esa fue la forma en la que él me convenció de que acepte el reto de ser candidata a la Asamblea Nacional.

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