Amparo Guillén fue una mujer de matices. Ella habría sido la protagonista de su historia, como serie de humor o melodrama, géneros que manejó muy bien, a través de su aplaudida carrera artística, que empezó siendo muy joven en el Teatro Candilejas.

Nacida en Guayaquil hace 71 años, como Amparo Coello Manzanares, tomó el apellido de su primer esposo, nombre con el que se la conoció hasta el último de sus días. Aunque en el corazón y en la mente del público, siempre será recordada como Lupita, el tierno personaje de la serie Mis adorables entenados que marcó su carrera televisiva y que la popularizó a finales del 80.

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Guillén no solo fue actriz en una decena de producciones, también cantaba. Puso su voz en el tema de la novela Por amor propio, donde tuvo una participación memorable. Su versatilidad la llevaría al mundo de la animación en programas como Arriba las mujeres, en el desaparecido SïTV y Despiértece con nosotros en TC.

Fueron años de gloria, que así como llegaron se desvanecieron en medio de problemas personales y de salud que la afectaron y de los cuales no se pudo reponer. Sus hijos eran su mayor fortaleza. Ana María reside en Estados Unidos y Roberto está en Cali, Colombia. Ciudad en la que falleció como consecuencia de un sorpresivo infarto, la mañana del miércoles, cuando fue a visitar a su hijo.

Fue socia de un resto-bar, en plena Víctor Emilio Estrada, en Urdesa. Nunca negó sus problemas con el alcohol, así como tampoco negó que se iniciaron en un intento por olvidar el abuso sexual que sufrió cuando era niña. Siempre hablaba abiertamente de que la bebida la acompañó desde muy joven. Por eso su lucha contra el licor fue dura, pero logró salir. Creó la Fundación Amparo para ayudar a la rehabilitación de alcohólicos y drogadictos, que dirigió más de una década.

En el 2012 vuelve a la actuación con la serie Aída. La vida le jugó en contra, cuando sus problemas se volvieron una pesadilla. Su casa se incendió y su carro le fue robado. Aparecieron las enfermedades y las dificultades en la fundación, optó por cerrarla.

Su cuerpo llegará a Guayaquil, mañana sábado al medio día

En 2022 hizo pública su grave situación económica, ya que llevaba más de un año sin trabajar. Además estaba padeciendo diabetes tipo 2 y neuropatía. Pese a todo ello, lo único que pedía era una oportunidad en el teatro. Su último acto frente a una cámara fue en la película Víctor Presidente, que se estrenó semanas atrás.

En 2018, recibió el premio Matilde Hidalgo de Procel al mérito cultural por sus 42 años de carrera y en 2019 se postuló como concejal de Guayaquil, pero no fue elegida. Su cuerpo llegará a Guayaquil, mañana sábado al medio día. El sepelio será el próximo lunes.

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