Que le digan un piropo o que alguien exalte su belleza no es algo que sorprenda a la modelo y presentadora de RTU Angie Parra. Y no lo hace por creída o diva, sino porque considera que es una mujer como cualquier otra con virtudes y defectos, pero que le gusta mantener una figura saludable.

La colombiana, quien vive en Quito desde que era adolescente, dedica cerca de seis horas diarias a realizar ejercicio, pero no solo por verse bien, sino porque es parte de su trabajo, cuenta a EXTRA. Fuera de la pantalla chica es profesora de gimnasia. 

“Estoy segura de que todos los seres humanos tenemos personalidades adictivas, ya sean adicciones positivas o negativas. En mi caso soy adicta al deporte, pero no caigo en la exageración”, dice.

Esto porque sí se da sus tiempos de descanso y de realizar rehabilitación para mantenerse bien y que su cuerpo no se sobrecargue. 

“No soy la mujer más guapa del mundo y eso creo que hace que tenga siempre los pies en el suelo”, enfatiza con una sonrisa, a pesar de que recibe muchos comentarios de personas que enaltecen su figura. 

“Más que una mujer sexy, me considero una mujer inteligente y capaz”, asegura y cree que cuando llegan a conocerla a profundidad se dan cuenta de que no solo es una cara bonita y un cuerpo trabajado y “eso genera empatía”. 

Sin embargo, no le ha sido fácil romper con los estereotipos. Algunas etiquetas que le ponen incluso pueden llegar a ser dolorosas, como el hecho de ser juzgada por su imagen, o que terceros crean que solo gracias a ella ha conseguido abrirse un camino en la televisión. 

“Siento pena por la gente que no se permite conocer a las personas como son, o la que no entiende que una mujer puede tener todas las cualidades reunidas”, acota. 

Sus enseñanzas

A tan solo pocas semanas de que se termine el 2020, Parra ya comenzó a realizar una retrospectiva de cómo fue este año para ella, y lejos de considerarlo malo, pese a la pandemia de COVID-19, siente que fue un tiempo en el que se permitió desintoxicarse emocionalmente. 

La rubia se alejó de personas que creía estaban en su vida por algún tipo de conveniencia y se acercó mucho más a su familia, sobre todo a su hijo Josué, quien tiene ocho años de edad y con quien por sus ocupaciones laborales a veces no compartía tanto tiempo.

Sus sueños

En 2021, Parra desea consolidar su emprendimiento de una tienda de suplementos en línea que lanzó hace poco. Pero si hay algo que desea en el año venidero es viajar a Europa, ya que fue una promesa que le hizo a su fallecido padre José Joaquín. 

“Él murió cuando yo tenía 11 años de edad y yo me había prometido que cuando tenga la edad de su muerte iba a ir a Europa a los lugares que a él le gustaban”, cuenta.