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Farándula

Está a cargo del espectáculo sobre hielo. Pese a su edad, es un líder.AAM

¡Ángel Fuentes Gasca, el heredero de la carpa!

Ángel Fuentes Gasca vuelve a Quito, donde hace 20 meses se ‘comió’ sus ahorros y sacó adelante a un elenco de más de 50 personas. Dice que este país es como su casa.

Al cirquero Ángel Fuentes Gasca, la pandemia lo atrapó en Ecuador. Por más de 20 meses, la carpa estuvo abajo y el muchacho, que en ese entonces tenía 16 años, se dio modos para sobrevivir a 3.866 kilómetros de su hogar en México.

Pero no solo eso, Fuentes Gasca y su familia estaban a cargo del bienestar de, al menos, 50 artistas de todo el mundo. Afortunadamente, en esa ocasión no había niños en el grupo.

“Vivimos de los ahorros. Mi mamá y mi hermana aprendieron a hacer mascarillas bordadas. Vendíamos helados en los semáforos y las golosinas de la dulcería del circo”, revela.

Hoy está de nuevo en Quito, una ciudad que siente como propia. Sobre todo después de que los capitalinos hicieran hasta ‘vaca’ para apoyar a los cirqueros que habían quedado varados por la crisis sanitaria en un terreno de la Mitad del Mundo, en el norte de la ciudad.

“Al principio suspendieron las funciones por una semana en Guayaquil. Nos fuimos a otros lugares. Aquí (Quito) nos quedamos más de un año y medio... La verdad es que hubo mucha gente buena que nos apoyó y le tenemos gratitud”, explica Ángel.

No solo se salvaron del hambre, también de la enfermedad, porque, pese a que debían salir a ganarse la vida en las calles, nadie se contagió de coronavirus.

“Cuando se levantaron las restricciones pudimos ir a países en los que ya nos esperaban, pero Ecuador siempre será como una casa. Mi hermano, por ejemplo, ahora está en Quevedo con otro circo”.

Ángel regresó a la capital hace unos días, para compartir el espectáculo sobre hielo de aquel circo que tiene más de 100 carpas alrededor del mundo. Se quedará hasta finales de mayo.

En ocasiones viaja con sus ñaños, pero esta vez está solo y, con 18 años, dirige un elenco de unas 20 personas. Hasta le toca solucionar los problemas del día a día. Como aquella función en la que se rompió una de las tuberías de la pista y el agua empezó a salir del escenario en media función.

Cuando empezó la pandemia, el circo se quedó atrapado en Ecuador.Ángelo Chamba

No conoce otra vida fuera de la carpa. Desde que era un niño ya colgaba del trapecio e imitaba los trucos de sus padres, tíos, primos y hermanos...

“A mi bisabuelo lo llamaban el hombre circo. El primero que salió a recorrer el mundo”, describe.

Ese liderazgo fue heredado por Ángel, quien, además de las acrobacias tradicionales, es un experto sobre los patines. “En la carpa aprendí de todo... Patino sobre hielo hace 5 años”, recuerda.

Y siente que todas las caídas, lesiones y tropiezos han valido la pena para continuar ese legado que empezó hace cuatro generaciones