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Farándula
¡La agonía de la rockola!
La vieja guardia de este género se va quedando sola. Kike Vega, Roberto Calero, Chugo Tobar, exponentes de la música del pueblo, ya partieron
La rockola de la vieja guardia agoniza. Con el deceso de Leonardo ‘Kike’ Vega el 4 de junio en Nueva York, Estados Unidos, el género popular ha quedado muy afectado.
Su partida no solo conlleva la pérdida de una de las mejores voces del Ecuador, como indicaron sus compañeros Cecilio Alva y Naldo Campos, sino también la extinción gradual de excelentes artistas de gran ‘pegue’ a nivel popular.
“Nos estamos quedando solos. Yo comencé en la década de los 70. En esa época me conocí con Kike Vega, Roberto Calero y Chugo Tobar, y ya partieron”, lamenta Alva.
El cantante se encuentra en Nueva York a la espera de que el cuerpo de Kike sea llevado a la sala de velaciones el próximo 10 de junio, para poder darle el último adiós.
“Me duele su muerte, pero Dios se lo llevó porque estaba sufriendo mucho. Solo movía los ojos”, detalla el artista.
Invasión rockolera
Uno de los momentos más gratos que recuerda Alva fue ‘La invasión rockolera’, evento ideado por Calero y que arrancó con el festejo del santo de Naldo Campos, músico y compositor. Él ahora cuenta que fue Calero, conocido como el Payador de Vinces, quien lo invitó a hacer un video para el grupo de panas que compartían en ese momento.
“La idea era hacer una grabación casera, en la que cantamos y compartimos entre amigos. Lo que no imaginé es que se lo comercializaría”, manifiesta Naldo.
Y con ello, el éxito y el recuerdo despuntaron en las masas.
“De esa primera ‘Invasión rockolera’, solo quedan Naldo Campos, Aladino y yo. Ya se nos adelantaron los demás, incluso Otto Ferrer, quien también estuvo presente y acompañó con su guitarra”, recuerda Alva, conocido como el Rockolero Mayor.
El pueblo se identifica
Las letras de despecho y desamor caracterizan al género y es justo eso lo que lo conecta con el pueblo, comenta Alva.
“Es hermoso cuando uno está en un escenario y la gente corea las canciones que uno interpreta. Esa sensación es más satisfactoria que el mismo aplauso”.
El cantante considera que pese a que los viejos exponentes van desapareciendo, la rockola no morirá. Quedan las canciones y las nuevas voces que lo siguen cultivando.