Tenía una extensa agenda que cumplir en Guayaquil; sin embargo, el actor colombiano de 54 años, Gregorio Pernía, no podía irse sin conversar con EXTRA. Invitó a este equipo a subirse a su carro y, mientras se dirigía a otro sector de la ciudad, contó que, luego de realizar su gira de shows, planeaba regresar a su finquita en el campo.

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El Titi, como lo conocen por su papel de narco en la novela ‘Sin senos no hay paraíso’, vive en la localidad de Santander, en Colombia, en una casita sencilla, rodeado de naturaleza. Tiene sembradíos de tomate, aguacate, naranjas, mandarinas, guanábanas y banano, así como corrales y establos para sus aves de corral y su ganado. Él mismo recoge los huevos para el desayuno, por eso asegura no creerse mejor que nadie.

En la calle te ven y te piden fotos, es una cosa de ‘locos’. ¿Cómo te sientes?

Es el cariño de la gente, si no hubiera cariño, no estaría pasando absolutamente nada de esto. Hay artistas que dicen que no deben nada a nadie, ni a Dios, ni a la familia, pero yo sí le debo esto a mi familia, a Dios y a mi gente, que sin ellos no estaría donde estoy. He hecho 43 producciones y cuando hice la primera, pensé que sería la única, pero no. Hice reality, series, novelas y todo eso es por la esencia y por no perder contacto con la gente.

Muchos dicen que tiene un sex appeal (atracción sexual) y que por eso lo quieren tanto.

No creo en eso, yo creo en el cariño de la gente. Soy narizón y ‘patiflaco’. Creo que el secreto es conocer la esencia y ser uno mismo.

Actualmente está de moda hacer continuaciones de grandes clásicos de novelas como ‘Betty, la fea’ y ‘Pedro, el escamoso’. En su caso, ¿qué novela volvería a hacer?

La Hija del Mariachi, esa sería divina. Con ese personaje del Coloso me identifico mucho porque era un antagonista y finalmente terminó queriéndolo el público.

¿Es el más importante para usted?

Es uno de los más importantes, sí, pero creo que al que más cariño le tengo es con el que hice mi primera novela, ‘La Madre’. Venía buscando una oportunidad, hasta que RCN me la dio y creo que fue el inicio de mi carrera. Siempre les estaré agradecido.

¿Qué consejo le daría a los actores ecuatorianos que quieren internacionalizarse?

Hoy se internacionaliza cualquiera: ‘Son de amores, amores que matan, pum, pum, pum’ (tendencia de Lis Pasilla que es viral en TikTok). Hoy las redes sociales te pueden ayudar a romper muchas fronteras y atravesarlas. Son ganas, levantarse a trabajar, cumplir sueños. Hoy es más fácil, todo está a un clic.

¿En algún momento se le subió la fama a la cabeza?

Me creí en un momento que era un man a la ver..., que era lo mejor. Tenía 28 o 29 años.

¿Y cuál fue su cable a tierra?

Los golpes y las cachetadas de la vida. La soberbia es el peor castigo que hay, es lo peor que puede tener uno. Menos mal me comí ese cuento de creerme más de joven, imagínese ahora estarse creyendo esas estupideces. Hago novelas y series como cualquiera, esto es como ser un abogado o ingeniero, es un trabajo, solo que en esto se tiene un reconocimiento del público, que es importante, pero no me aprovecho de eso.

¿A qué se refiere?

(Risas) Yo entro a un banco y me llaman de una para que pase, pero hay como 10 personas en la fila, entonces les digo que no, que tranquilos. Esas cosas hacen que me respete y respete a los demás.

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