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José Campoverde veía con malestar que los hinchas del Flamengo no compraban sus pasteles.Daniel Pin Icaza

Venta de comida en exteriores del Monumental se movió poco antes de la final de la Libertadores

Hinchas del Flamengo y Athletico Paranaense no les prestaron atención a los comerciantes de pasteles, guatallarín y encebollado.

La final única de la Copa Libertadores estuvo turra para los vendedores de comida que se asentaron en los exteriores del estadio Monumental.

Pese a que al Coloso del Salado llegaron miles de hinchas brasileños del Flamengo y Athletico Paranaense, muchos comerciantes de pasteles y platos como guatallarín y encebollado se quedaron con las caras largas.

José Campoverde, comerciante de jugos y pasteles, vivió en carne propia esto a lo que calificó como un “fenómeno”. Ni porque estuvo ubicado donde los aficionados del Fla hicieron base (en un supermercado que está frente a la Policía Judicial) pudo salir del ‘cero’.

“Tengo cuarenta años vendiendo pasteles en los estadios de Guayaquil y es la primera vez que me quedo varado. La verdad es que estoy sorprendido, pues siempre que hay partidos me instalo acá y nunca me sobra nada”, manifestó Campoverde entre risas, pero con algo de pesar.

El vendedor pensó que ayer iba a ser un buen día para hacer algo de billete, aprovechando la final de la Libertadores, pero no fue así. “Estos brasileños solo han llegado a ‘chupar’ (risas). Todos pasan por aquí con botellas de cerveza en la mano y nadie se acerca a probar estos pasteles. Si fuera un partido de Barcelona, hace rato habría regresado con otro cargamento”.

Vidal Cruz también se mostró sorprendido porque la venta de comida no se movió.Daniel Pin Icaza

Lo mismo le ocurrió a Vidal Cruz, pero con la venta de guatallarín y encebollado. A dos horas del partido (13:00), el comerciante de 55 años aún tenía las ollas llenas. “Los que más han venido a comer han sido los mismos ecuatorianos. La venta ha estado muy floja para ser una final de Libertadores”, opinó el vendedor.

Por el sector de Bellavista, el panorama fue similar para quienes expendían comida. Allí Fátima Cortez estaba ‘enterita’ con las ollas de encebollado. “Aquí me quedo hasta el final del partido, tengo fe de que los brasileños saldrán con hambre”, dijo con ilusión.

Cuando faltaba poco menos de dos horas para el inicio del partido, cientos de fanáticos del Mengao invadieron’ un supermercado que se encuentra al inicio de la avenida Barcelona, a la altura de la bajada del puente Portete.

Lo que más compraron los torcedores del Fla fueron cervezas y distintos snacks. Es más, las ‘refris’ quedaron prácticamente vacías, por la alta demanda de estas bebidas.

Afuera de este supermercado el ambiente era de fiesta y de mucha confianza de que el título sería para su equipo. ¡Y no se equivocaron!