El torero Guillermo Albán estuvo en Aguascalientes, México, y le fue bien, porque volvió a demostrar que con el pasar de los años se ha hecho un torero lleno de experiencia y le pone más adrenalina a su acción. En México la tuvo difícil ante el toro.

Fueron ocho participantes de varias nacionalidades en honor a la tauromaquia mexicana.

Albán fue quien abrió el evento, sacó la casta y salió airoso en una voltereta donde el toro le fue tocando la nuca, lo que dejó al ecuatoriano conmocionado. Pero en vez de retirarse, ese fue el impulso para terminar una gran faena.

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Albán recibió el aplauso del público mexicano.

“Mi ilusión era torear en una plaza tan importante, fui el primer ecuatoriano y logré cortar una oreja y llevar el nombre de Ecuador en alto. Además, fue una manera de poder agradecer a los mexicanos su apoyo y carisma de siempre”, expresó el torero ecuatoriano.

Guillermo destacó que fue algo grande poder estar en esta feria, por la calidad de los toreros y los toros. “Había que mostrar la calidad y dar la cara, lo mejor fue cortar la oreja, estuve cerca de pegarme una cornada, pero gracias a Dios no pasó a mayores”, dijo Albán, quien sufrió un golpe, pero salió bien.

Al final, se trajo el aplauso de los mexicano que destacaron el valor del compatriota a pesar de estar con el peligro tan cercano.

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