Su apellido ha sido tendencia en las redes sociales en este año y le ha tocado explicar que no tiene nada que ver con ciertas acusaciones de corrupción. Pero Santiago Bucaram López asegura estar acostumbrado ha recibir ‘palazos’ por las puras.

Es periodista deportivo, pero no come guatita como su tío, el expresidente de la República, Abdalá Bucaram. Prefiere hable de deportes y no de política.

Es hijo de Santiago Bucaram Ortiz, tiene dos hermanas por parte de padre y un ñaño menor por el lado de su mamá, Bethsaida López.

¿Quién es Santiago Bucaram?

Soy un hombre sencillo, que le gusta estar feliz y disfrutar de la vida. Muy apasionado con todo lo que hago y de mente abierta.

¿Le ha tocado explicar a la gente sobre su apellido?

Sí, pero en cuarentena fue más por las cosas que pasaron en el país, por las denuncias en las que me han querido involucrar. Pero siempre se lo he dicho a mis familiares, a los amigos y gente que me ve en televisión y escucha en radio que son cosas que no tengo nada que ver.

No me agrada la política. He tratado de construir mi propio nombre con mi manera de pensar y trabajar. Muchos piensan que porque soy Bucaram todos somos iguales o todos han trabajado en lo mismo. Me encantaría que también se piense así de los Noboa o Moreno.

¿Cómo es su relación con el expresidente cómo es?

Con mi tío tengo una relación muy respetuosa. Lo que muchos no saben es que no me crié con los Bucaram. Cuando tenía cinco años, mi papá se fue a Panamá, no tengo recuerdos de ‘pelado’. Recién a los 14 lo volví a ver. Viví en el entorno de mi madre.

A los seis años no entendía por qué todos me insultaban y la familia trataba de explicarme la situación.

La relación con los Bucaram ha sido distante y respetuosa. Una vez tuve problemas en un medio de difusión, ellos estaban en una posición diferente a la mía y le dije a mi tío que me mantendría en mi postura, ya que era algo personal. Además, no es que somos de reunirnos.

¿Le hace a la guatita?

No me gusta la guatita, soy fan del encebollado.

Creo que somos algunos a los que no nos gusta. Lo que pasa es que los más conocidos son Dalo, Jacobo, Abdalá, pero somos muchos Bucaram.

¿Le han propuesto incursionar en la política?

No. A los 15 años recién conocí a mi tío Abdalá. Siempre estaba claro que mi camino es el fútbol, como jugador o entrenador. Después de recibir tantos insultos y agravios por el tema de la política no me quería meter en eso. Respeto a quien lo haga.

¿Por qué periodista deportivo?

Como todo niño quería ser futbolista. Estuve en Rocafuerte FC, pero a los 17 años tuve la oportunidad de quedarme en El Nacional, lo hablé con mi mamá y le dije que mejor era enrumbarme en los estudios. Y me encontré con el periodismo, claro que quería ser entrenador de fútbol y lo estudié. Llegué a la radio Diblu FM, les gustó lo que hice y aquí estoy, ahora también en GolTV y un canal de YouTube.

¿Qué tal era como jugador?

Más o menos, pero me veía más para entrenador, soy director técnico graduado. Creo que seguiré estudiando, el periodismo me fascina.

¿Metas en el periodismo?

Disfruto del día a día, me encanta transmitir el fútbol, pero no sé qué me depara la tecnología en el futuro. Me veo a los 40 años en esto o como entrenador.

¿El azul o amarillo no se han cruzado por su vida?

Sabes que la gente relaciona mi apellido con Barcelona y conmigo no es así. Los niños se hacen fanáticos porque los padres los llevan al estadio o ven fútbol. Como vivía rodeado de mujeres, ninguna veía un partido de estos.

Mi influencia en el fútbol comenzó viendo cotejos internacionales. Me hice hincha del Arsenal con mis primos López. Cuando fui al Monumental o Capwell ya era fanático del Arsenal, claro que me encantaba Liga de Quito del 2008 (año que fue campeón de la Copa Libertadores), tengo muchas camisetas de ellos.