En menos de quince días el panorama cambió en Liga de Quito. El martes 5 de abril, con las críticas de los hinchas en el punto más alto, los directivos albos acordaron la salida del entrenador argentino Pablo Marini y encargaron el equipo a dos históricos, Édison Méndez y Geovanny Espinoza.

Los mundialistas eran la solución parche hasta encontrar un nuevo cuerpo técnico, pero los buenos resultados alcanzados con Kinito y la Sombra abrieron la posibilidad de que se mantengan en el banquillo.

“No he hecho nada, solo recordar un poco de conceptos y estamos por ese camino, esto es de los jugadores”, afirmó Méndez, a quien no le desagrada la idea de asumir de forma definitiva a los universitarios.

Enfatizó que “el equipo está en franca recuperación y esperamos seguir colaborando. Se jugó bien y eso me deja contento, pero todavía no hemos logrado nada”.

Con la misma plantilla con la que Marini estaba lejos de pelear por la etapa, Kinito ahora tiene a la U a solo tres puntos del líder, Barcelona, al que le quitó el invicto el domingo 17 de abril.

ACERTADAS DECISIONES

Kinito y la Sombra tuvieron un diálogo directo con los jugadores para pedirles compromiso y entrega con el club.

También apostaron por un ‘pelado’ al que conocían bien de la sub-19, Óscar Zambrano, quien se ha convertido en la dupla ideal del argentino Ezequiel Piovi en el medio campo. Además, le dieron confianza a Alexander Alvarado y Tomás Molina, una dupla que ha respondido con goles.

“Después de lo que pasó con el profe Marini pensamos que iba a ser un golpe anímico negativo, pero fue todo lo contrario. Tener la guía de dos históricos en el banco ha sido muy importante para sacar buenos resultados”, afirmó Alvarado.

Por su parte Molina resaltó que “Méndez es un referente, la gente lo quiere mucho. Nos transmite seguridad y mucha confianza. Al haber ganado cosas importantes sabe lo que debe hacer, sabe leer bien los partidos”.

VUELVE LA ILUSIÓN

La hinchada, que se había alejado, retomó la confianza al ver la ‘resurrección’ del equipo. El domingo llenó el estadio y su aliento impulsó a los jugadores para dar el golpe ante los toreros.

“La gente nos apoyó mucho, nunca había jugado con estadio lleno. Estoy ganando confianza, marcarle a Barcelona fue algo muy especial”, destacó Alvarado.