Duber Ortiz intentó ser un futbolista profesional. Por sus buenos reflejos para atajar los balones llamó la atención de varios equipos de la Primera División de Ecuador, pero lo descartaron porque le falta el dedo anular de su mano izquierda.

El guayaquileño, de 61 años, cuando era ‘pelado’ se forjó tapando en campeonatos de fútbol del Puerto Principal. Todos los días, sin excepción, disputaba partidos en la Liga del Sur, Guasmo Sur, Fertisa, Paraíso de la Flor, entre otros lugares.

“Cuando tenía dieciocho años entrené en Deportivo Quevedo por unos seis meses, pero no me contrataron porque consideraban que no tenía mis capacidades completas para ser arquero. Luego fui a Emelec por siete meses y también me descartaron porque me falta un dedo”, reveló.

A sus 16 años, por estar maniobrando una pistola, esta se le disparó y le arrancó el dedo anular de su mano izquierda.

Esto truncó su sueño de ser un arquero profesional y vestir el uniforme de la selección de Ecuador. Sin embargo, en los torneos barriales de Guayaquil encontró un espacio para lucirse. Tanto así que hasta lo apodaron Papelito, porque ‘vuela’ en el arco.

“Yo les demostré que era un buen arquero (a D. Quevedo y Emelec), me dolió que no me dieran una oportunidad porque me falta un dedo. Pero en los barriales volví a sonreír. No pude lograr mi sueño de ser profesional, pero seguí disfrutando el deporte que amo”.

Actualmente, Duber Ortiz trabaja como guardia de seguridad durante las noches, y todos los fines de semana se dedica a jugar torneos barriales en el sector del Paraíso de la Flor, en el noroeste de Guayaquil.

“Jugar me mantiene en forma. Me buscan porque soy bueno atajando. Además, puedo sacar un billete extra para la comida de la casa. Por partido me suelen dar entre cinco y diez dólares”, finalizó.